Partiendo de la premisa de que la labor de un escritor es, ni más ni menos, que la de escribir, algo que no haría falta ni aclarar, porque es lo obvio, sí que podemos hacer un mero análisis de la conveniencia o no de usar unas herramientas, que están ahí, para difundir su tarea y su obra. Estoy hablando, claro está, de las
redes sociales. Y siendo honesto: no, esto no va a ser un análisis, sino la mera exposición de la opinión de quien esto firma.
Dicho esto, y a modo de resumen diré que creo que sí: que un autor debe estar presente en redes sociales, siempre que se sienta a gusto, que el medio no le sea ajeno, y que tenga claro para qué quiere estar. Porque en redes, como en casi todos los ámbitos de la vida, se puede estar para muchas cosas, y adoptar muchas actitudes diferentes, sin que unas tengan que ser, en modo alguno, mejores o peores que otras.
Quede claro también que al final
cada uno actúa como cree conveniente, y que hay muchos escritores haciendo cosas, tejiendo estrategias, que yo no haría, y a los que les va fenomenalmente bien. Pero como esta es mi visión, voy con ella, y me permito deslizar un par de consejos basados en mi experiencia:
- Yo no me plantearía las redes sociales como una herramienta de marketing, o al menos no solo de esa forma. Evitaría a toda costa construir un muro de un perfil o una página oficial, con el mero acumulo de enlaces de compra, o con menciones reiteradas a este o aquel ranking de ventas.
- Sí que me plantearía mi presencia como, o bien la oportunidad de articular una pequeña comunidad de seguidores en torno a, por ejemplo, una página oficial en Facebook o en G+, o bien el uso de perfiles en cualquier red social, (Facebook, Twitter, Pinterest, G+,...), de forma más personal, pero sin olvidar que nuestra tarea de escritor forma parte de nuestro día a día.
- Es importante no olvidar que en redes sociales como Facebook o G+, permiten desarrollar diversas estrategias de forma paralela, separando, si nos viene bien, totalmente asuntos más personales de temas públicos, ya sea mediante el uso de páginas oficiales, o segmentando de forma adecuada lo que decimos en un perfil.
Tengo bastante claro que estar en redes sociales no es imprescindible, ni obligatorio, para ningún escritor. Pero ojo, como tampoco nadie debería sentirse obligado a desplazarse hasta una pequeña librería de una ciudad de provincias a realizar una presentación a la que no sabemos, de antemano, si va a acudir alguien o no.
También pienso que
las editoriales, de cualquier tamaño, por contra, sí que deben de estar, dando difusión a los libros del catálogo, y a la filosofía y el día a día de la editorial. Creo que hoy en día, es una función más, entre las muchas que tiene que hacer una editorial. Si después el autor quiere aportar, desde su punto de vista, como se suele decir, miel sobre hojuelas. Puede hacerlo por libre, pero en ocasiones la editorial, sobre todo si es pequeña, y el escritor, pueden trazar estrategias conjuntas.
En
sinerrata editorial, con quienes tengo el placer de colaborar en tema de redes sociales, creo que lo tienen bastante claro. Siendo una editorial nativa digital, la presencia en redes es casi obligatoria. Si después hay una autora, como es el caso de
Lucía Solaz Frasquet, que se desenvuelve bien en redes y mantiene una
actividad propia muy interesante, redunda en beneficio del libro.
Y siempre se pueden hacer actividades conjuntas o en colaboración con terceros, como por ejemplo la que pudimos hacer con
24 symbols, web en la que se pueden leer los libros de sinerrata, y que cada mes, mediante un evento en Facebook, elige un libro para protagonizar un
club de lectura. Cuando el libro seleccionado fue
Manuscrito en el tiempo, de Lucía, ella participó en el debate que se generó con los lectores. Que algo así pueda articularse
online, sin hacer un gran despliegue de medios, me parece una oportunidad que sería una pena no aprovechar.