viernes, 22 de marzo de 2013

Manuscrito en el tiempo/El retorno de los bardos en las redes sociales

sinerrata hace un gran esfuerzo por estar en las redes sociales; creemos que son un lugar de encuentro con nuestros lectores, y además una forma no intrusiva, haciendo un buen uso de ellas, de acercaros todas las novedades relacionadas con la editorial.

Una de nuestras autoras, Lucía Solaz Frasquet, también usa las redes sociales con acierto. Lucía tiene dos libros publicados con nosotros, y un tercero a punto de ver la luz. El primero, Manuscrito en el tiempo, es el primero de una saga, y El retorno de los bardos, nuestra siguiente novedad, su continuación. 



Lucía mantiene una página en Facebook donde cuenta toda la información relacionada con los libros de la que dispone. Todo lo que publica es interesante, pero en mi opinión su punto fuerte son las imágenes, las fotografías de paisajes escoceses relacionados con el devenir de la historia.

Precisamente por el uso tan "visual" que hace Lucía de las redes sociales me gusta especialmente su trabajo en una red social que le viene como anillo al dedo: Pinterest. Allí maneja un tablero para cada libro, y realmente el resultado es más que interesante, tanto para el lector de los libros, como para el amante de la buena fotografía.

Me parece una forma muy interesante por parte de un autor de usar las redes sociales, ya que Lucía las usa para ofrecer algo más a sus lectores, algo que no estaba contenido en el libro, aunque tiene relación con lo allí narrado.  Un ejemplo a seguir.

viernes, 15 de marzo de 2013

Libros en todo el mundo


Llevo toda la semana en Nueva York y, cuando la lluvia y mi escaso tiempo libre me lo permiten, me estoy dedicando a una de mis actividades favoritas: visitar bibliotecas y librerías.

La crisis del libro también ha llegado aquí de alguna forma, estoy encontrando menos librerías de las que recordaba, por supuesto ya no está Borders y algunas Barnes & Noble han cerrado, pero sigue habiendo una buena oferta y me gusta como ellos mismos se refieren a las pequeñas librerías (en contraposición a las inmensas tiendas de grandes cadenas, que más parecen almacenes) como “europeas”. 

En cualquiera de ellas, lo primero que hago es investigar la mesa de novedades, que es para mí como asomarme a la intimidad de lo que están leyendo en otro país, y luego de dar una vuelta me voy a buscar la sección de libros en español. En el mejor de los casos, me encuentro unas cuatro estanterías, pero lo habitual es que sean solo una o dos, lo que realmente me sorprende en una ciudad donde se escucha español en la calle de forma habitual. Luego pienso en la dificultad que supone enviar libros hasta aquí, en un proceso pesado y costoso que incluye un largo viaje en barco y el paso por aduanas y agentes exportadores, que repercuten también en el precio de un producto ya de por sí más caro en origen que el local, y entiendo la poca variedad.

Este es otro de los problemas que el libro electrónico resuelve de un plumazo: acceso global, inmediato y sin sobrecoste. Libros de todo el mundo, en cualquier idioma, en todo el mundo. Lo que echo de menos, sin embargo, es ese escaparate universal que nos deje encontrarlos con facilidad.

viernes, 8 de marzo de 2013

Revolución digital


Hace unos días, en este mismo blog, escribía una entrada sobre mi interés como editorial digital por mantener la colaboración con las bibliotecas, con el título Evolución digital. Hoy me doy cuenta, tras una muy interesante y constructiva discusión en #ebookspain (inciso: para los que no lo conocéis aún y os interesa el tema, #ebookspain es un espacio de conversación que empezó en Twitter y luego se trasladó a Google+, donde no hay limitación de extensión y se pueden seguir los debates y los temas con facilidad sin necesidad de restringirnos a un horario concreto) sobre el supuesto plan de Amazon de abrir el mercado de la comercialización del contenido digital de segunda mano, de que la palabra “evolución” está mal elegida. 

Parece que nos empeñamos (y aquí entono el mea culpa porque a veces también caigo en este error) en intentar adaptar (o hacer evolucionar) el mundo del libro del papel a la nueva realidad digital, cuando en realidad nuestro esfuerzo debería ir dirigido a establecer un marco totalmente nuevo. Sí, seguimos editando, distribuyendo, vendiendo y leyendo libros, pero en realidad se trata básicamente de contenido, y como tal, la forma de trabajo tradicional de la industria editorial no aplica.

Por ejemplo, enlazando con la discusión en #ebookspain que mencionaba, un mercado de segunda mano de cualquier producto parte de la premisa de que dicho producto pierde calidad con el uso o el tiempo y por tanto se devalúa pero, ¿qué pasa cuando lo que pretende venderse permanece inalterable y, además, no se vende realmente sino que se duplica?

viernes, 1 de marzo de 2013

Pero, ¿en España se lee o no se lee?

  • El 59,1% de los españoles mayores 14 años lee en su tiempo libre y el 47,2% lo hace con una frecuencia diaria y semanal. 
  • El 47,8% de los lectores leen en dos o más lenguas. Se incrementa el número de lectores que leen en las lenguas autonómicas en sus respectivas regiones. 
  • La falta de tiempo sigue siendo la razón principal de los no lectores para explicar su falta de hábito lector. El 29,9% de los no lectores afirma que no le gusta o no le interesa. 
  • El número de lectores de eBooks ya alcanza el 11,7% de los españoles mayores de 14 años y el 13,1% de los menores entre 10 y 13 años.
  • El porcentaje de entrevistados que poseen un eReader alcanza el 9,7%. 
  • El 84,6% de los niños entre 10 y 13 años lee libros en su tiempo libre, de ellos el 77,2 lo hace diaria o semanalmente, porcentaje que se incrementa 2,1 puntos. 
Bueno, este post, lo reconozco, es manipulación por mi parte, porque de las doce conclusiones que han destacado en la Federación de Gremios de Editores de España, como presentación de su Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros de 2012, (es un PDF), yo me he quedado con seis, para ser más exacto con las seis que más me gustan.

¿Qué he descartado? Lo relacionado con el perfil del lector, que básicamente es el de siempre, (mujer joven con estudios), los datos sobre piratería, la información sobre bibliotecas y la información sobre los títulos más leídos, ya que son los que todos vosotros esperáis, aunque en el caso de la literatura infantil y juvenil me llama la atención ver que no son precisamente novedades.

Me he quedado con lo que necesito para sacar dos o tres conclusiones muy sencillas. La primera que se lee, que se lee cada vez más y que quien no lo hace es básicamente por una razón fácilmente entendible: no le da la gana. A esto le sumaría que los niños leen muchísimo, así que el futuro está garantizado, si lo que queremos es lectores. Si lo que buscamos son compradores el debate es diferente, por supuesto.

La segunda conclusión es obvia, también: la literatura digital, con sus diferentes formatos y soportes avanza, como una lluvia fina, pero sin detenerse. Los que tenemos algún tipo de relación con este mundillo tenemos el reto de vender libros, por supuesto, pero, y esto es la mera opinión de quien esto firma, sin olvidar que los libros son para los lectores y que, aunque algunos datos sobre piratería, inflados, no cabe duda por los que manejan el sector, puedan parecer frustrantes, ninguna solución pasa por arremeter contra nuestros futuros compradores. Es difícil, por supuesto, pero es que si no, no sería un reto.