jueves, 17 de diciembre de 2015

Formula tu deseo navideño, y nosotros lo cumplimos #miradaazulynegra

Bueno, para los amantes de tomárselo todo al pie de la letra, aclarar que hasta cierto punto, no sea que esto se nos vaya de las manos. Pero la cuestión es que tanto desde sinerrata, como nuestro autor Fernando Roye, queremos haceros un pequeño obsequio navideño, y qué mejor que uno de nuestros libros digitales. Os contamos:


¿Cuál es el regalo? 
Cuatro libros digitales, uno para cada ganador. Podréis elegir entre las dos aventuras protagonizadas por el sargento Carmelo Domínguez que hemos publicado: El caso de la mano perdida o El alcornoque de los muertos.

¿Cuándo se participa?
Desde hoy día 17 de diciembre, fecha de la publicación de este artículo, hasta el día 31 de diciembre de 2015. Podéis apurar hasta última hora.

¿Y dónde?
En las redes sociales, tanto en Facebook como en Twitter.

¿Qué tengo que hacer?
Una publicación en Facebook o un tuit en Twitter formulando tu deseo, que tiene que estar relacionado con la lectura de cualquiera de los dos libros mencionados, la saga o sus protagonistas. Tanto las publicaciones de Facebook como los tuits tienen que incluir el hashtag #miradaazulynegra, En Twitter os pedimos adicionalmente que mencionéis nuestro perfil en dicha red social: @sinerrata y que lo sigáis. En Facebook que deis me gusta a nuestra página y que, si es posible la etiquetéis en la publicación.

¡Quiero ejemplos!
Bueno, pues en Twitter, por ejemplo, podría ser: "Mi deseo para año nuevo es leer El caso de la mano perdida, de , del autor Fernando Roye ". Pero por favor, sorprendednos.

¿Y quién se lleva los ebooks?
En cada red social vamos a dar dos libros. Uno por sorteo puro, y otro al tuit o publicación que tenga más repercusión. Van a contar tanto los me gustas, como los retuits o veces que hayan sido compartidas las publicaciones.

Aún tengo dudas
Pues pregúntanos en los comentarios o contacta con nosotros a través de las redes sociales. A principios del año que viene haremos el sorteo y os lo contaremos en las redes.

jueves, 10 de diciembre de 2015

El alcornoque de los muertos en las ondas

Como ya os hemos ido avisando desde aquí mismo y en las redes, desde hace un par de semanas en sinerrata estamos de enhorabuena porque tenemos nueva aventura de uno de nuestros personajes favoritos, el sargento Carmelo Domínguez. Este peculiar guardia civil de la época de la postguerra española, nacido de la pluma de Fernando Roye, regresa en El alcornoque de los muertos para hacer las delicias de sus ya seguidores y cualquier aficionado de la novela negra en general y la novela negra rural en particular.

Ya hemos empezado a recibir las primeras impresiones de los lectores, con gran alegría por su magnífica acogida, pero estamos especialmente ilusionados porque El alcornoque de los muertos ha tenido dos apariciones estelares en sendas emisoras de radio, ambas de la mano de Carlos Blázquez, quien ya nos regaló esta estupenda vídeo reseña de El caso de la mano perdida, la primera novela de la serie, en su canal Cávorot Déspeinat.

Os dejamos aquí, por si queréis escucharlas, las intervenciones de Carlos en el programa para madrugadores de Radio Gorbea y en el programa literario de Rádio Barcelona, Punt de Llibre (a partir del minuto de 49):


jueves, 3 de diciembre de 2015

El siguiente paso de Amazon: ser también editores

Conste, para empezar, que esto no es novedoso, ya que en el ámbito anglosajón Amazon lleva un tiempo actuando también como editor. Por usar un lenguaje coloquial hay libros en los que ellos se lo guisan, ellos se lo comen, y como en el caso de su propia herramienta para que cualquiera se pueda autopublicar, no hay ningún intermediario entre escritor y lector, salvo ellos, claro está.

Es tan simple como ir estando atento a los servicios y acciones que van poniendo en marcha en Estados Unidos, para saber lo que más tarde o más temprano puede aterrizar aquí. Amazon tardó en abrir su web española, y algunos debían de pensar que nunca iba a suceder; no volvamos a cometer ese error. Por ejemplo, si hace poco Amazon ha abierto una librería física en Seatlle, que nadie descarte que dentro de un par de años abra una en Madrid.

Como nos cuentan en diversos medios, por ejemplo en Librópatas, Amazon cuenta con diversos sellos, hasta un total de catorce, especializados en diferentes géneros, que ya están publicando tanto en inglés como en alemán. De momento en España desembarcan con Amazon Crossing, un sello especializado en traducciones. Y lo hacen con un total de ocho títulos, tanto en papel, como en formato digital para Kindle.

Por cierto, en contra de lo que pudiera parecer, Amazon sí que ha publicado, al menos, a un autor español. Estoy hablando de Manel Loureiro, el escritor que saltó de subir capítulos de una historia de apocalipsis zombie en un humilde blog, (que pronto dejó de ser humilde en visitas), a ser publicado por sellos como Random House y Planeta. 

Eso en España, porque cuando decidió tomar al asalto, no el cielo sino el mercado estadounidense, no optó por llamar a la puerta de un importante sello tradicional, pero tampoco se autopublicó, sino que optó por la "senda de en medio": publicar con el, ya citado Amazon Crossing, uno de los sellos de la tienda online americana. De esto hace ya un año, y por lo que contaba el autor entonces, estaba plenamente satisfecho de su elección,

Y ojo, si los autores están contentos, y los lectores están contentos, los demás ya podemos empezar a espabilar.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Así fue el Kindle Flash de El secreto de las abejas

La semana pasada tuvimos la oportunidad de probar, por segunda vez, el Kindle Flash, la herramienta por la que Amazon permite promocionar un e-book durante 24 horas a un precio rebajado. No me voy a extender demasiado explicando cómo funciona este tema, ya que hace más de un año ya os contamos en este mismo blog la importancia que tiene para una editorial pequeña como la nuestra poder destacar un libro por una horas en un escaparate tan grande como el de la tienda del gigante americano.



En esta ocasión el libro promocionado ha sido El secreto de las abejas, la tercera novela de la saga protagonizada por el cabo Holmes, personaje que brota de la pluma de Carlos Laredo. Del mismo modo que la otra vez podemos decir que el efecto a corto plazo, durante el día de la promoción y el día después es notable, ya que el libro ha llegado a estar en el número 2 del ranking global de Amazon, y el primero en el subranking de novela policíaca.

En esta ocasión a la par que monitorizábamos la evolución de este libro, lo hemos hecho con cuatro ebooks más: los dos anteriores de la saga del cabo Holmes, el tomo que recoge de forma conjunta esas mismas dos novelas, y otro libro de nuestra colección de novela negra.

Y hay que reconocer que, de forma muy ligera, el Kindle Flash, ha "tirado" de dos de los otros libros. Esperemos que a medio y largo plazo, cuando los compradores de El secreto de las abejas terminen de leer la novela, además de que aparezcan reseñas y valoraciones, realmente podamos decir que hemos conseguido lectores fieles de la obra de Carlos Laredo. Los libros en los que hemos notado un pequeño tirón en las ventas son los que dicta la lógica: el primer libro de la saga, El rompecabezas del cabo Holmes, y el tomo que recoge tanto El rompecabezas como La decepción del cabo Holmes.

Solo nos resta dar las gracias a todos los que habéis comprado El secreto de las abejas. ¡Esperamos que os guste tanto como a nosotros!

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Contraargumentos para convencer a los reticentes al libro digital

Antes de empezar con esta entrada, quiero aclarar que no pretendo otra cosa que responder a algunos de los argumentos que he podido escuchar en contra de los libros digitales, en las típicas discusiones que los enfrentan con los libros de papel. Lo que desde luego NO es esta entrada es una afirmación de que los ebooks son mejores que los libros impreso o que hay que elegir el formato digital en detrimento del papel. Como siempre digo, lo importante es leer; el qué, el cómo y el cuándo dependen de la persona, el momento, el género y otras cosas más. Pero vamos a por los alegatos:
  • Leer en una pantalla no es nada placentero. Y estoy en parte de acuerdo, como tampoco es lo más agradable leer en folios sueltos o si tuviéramos que hacerlo en un rollo de papiro que ir desplegando y girando. Pero leer en formato digital no es, al menos exclusivamente, leer en el ordenador y cuando pruebas un lector electrónico —los hay de todas las marcas, colores y precios— la experiencia cambia totalmente (conozco mucha gente que lee en tableta o incluso en el móvil y cantan las bondades de estos dispositivos, pero yo sigo prefiriendo la tinta electrónica).
  •  Hay que acordarse de recargar la batería. Muy cierto, pero también hay que hacerlo con el teléfono móvil y no recuerdo haber oído a nadie esgrimir ese argumento para no usarlo. En mi humilde opinión, el resto de ventajas del aparatito (diccionario, capacidad de almacenamiento, portabilidad…) compensan el tener que enchufarlo de vez en cuando.
  • Es difícil concentrarse en la lectura y se distrae uno/a con facilidad. Esto puede ocurrir si leemos en una tableta, desde luego (los lectores de tinta electrónica no suelen servir para nada más que para leer), pero también es posible que suceda leyendo un libro de papel con el teléfono al lado (sobre todo si no se han desactivado las notificaciones). Si lo que leemos nos atrapa, no habrá nada que nos pueda distraer, independientemente de cómo lo estemos leyendo.
  • No se puede presumir de los libros que tenemos. No, definitivamente no se puede. Sin embargo, ¿no es una maravilla poder llevar contigo un buen trozo de tu biblioteca a un viaje, la cola del banco o el transporte público, sin tener que cargar más que con un pequeño dispositivo? Aunque nadie más pueda ver lo que hay en ella.
Esta no es, al menos para mí, una cuestión de competencia. No se trata de elegir uno de los dos formatos y defenderlo hasta la muerte, olvidando al otro, sino de escoger el que mejor se ajusta a tu estilo de lector y necesidades, lo que puede cambiar con la hora o el día. Lo que sí tengo claro es que todos los argumentos, en una dirección y en otra, son rebatibles y a menudo subjetivos, y que la radicalidad, como en casi todo, no hace ningún favor a esto que nos ocupa, que es básicamente la lectura.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Un nuevo caso del sargento Carmelo Domínguez: El alcornoque de los muertos

Mientras preparábamos esta novedad, en la editorial llevamos unos cuantos meses viviendo en Santa Honorata, ese pueblo surgido de la imaginación del autor Fernando Roye, aunque, como él mismo confiesa, inspirado en una localidad real de la Sierra Morena andaluza. En él nos hemos codeado con el alcalde Castellanos, el boticario Gerardo, un estraperlista reconvertido en honorable empresario, un famoso maqui y otra buena cantidad de atractivos personajes. En un entorno tan especial, y en una época no tan lejana de nuestra historia, los años cincuenta del siglo pasado, hemos disfrutado de unos momentos deliciosos persiguiendo al peculiar jefe de la demarcación, el sargento de la Guardia Civil Carmelo Domínguez, mientras intenta resolver un nuevo caso que tiene al pueblo revolucionado y al mismo tiempo contener la crisis familiar que ha iniciado el mayor de sus seis hijos.

Al sargento Domínguez y sus ojos dispares ya lo conocimos en su anterior investigación, El caso de la mano perdida, donde nos conquistó con sus particulares métodos de deducción y curiosa personalidad. Como también nos conquistaron Benito Viedma, un joven guardia aficionado a las novelas de detectives y criminales, el presumido Ambrosio, el guardia de puertas, el cabo Rosario y el resto de residentes de la casa cuartel, que con sus vidas e historias colorean estas novelas.

Os invitamos entonces a disfrutar de esta nueva aventura, El alcornoque de los muertos, que sabemos os gustará tanto como a nosotros, y que se pone a la venta el próximo 27 de noviembre. Podéis ir abriendo boca con el primer capítulo, disponible para descarga gratuita en nuestra web, e incluso podéis reservarla en las librerías donde ya está en preventa. Si aún no lo sois, estamos convencidos de que pronto os convertiréis, como nosotros, en lectores incondicionales de esta serie de novela negra rural.

Por cierto, hoy es el Día de las Librerías, el motivo ideal (por si hiciera falta alguno más), para pasar la tarde visitando una, o varias, de ellas.

jueves, 5 de noviembre de 2015

¡Estás de suerte! Manuscrito en el tiempo de promoción

Una de las ventajas de la edición digital, y en sinerrata somos conscientes de ello y "la usamos", es que nos permite no dejar nunca de lado un libro, por mucho tiempo que lleve editado. No estamos sujetos a la estresante rotación que hay en los estantes de las librerías físicas, donde para que un libro tenga su hueco, otro debe cedérselo.

(Inciso: nosotros estamos en las librerías físicas, y podéis comprar nuestros libros en papel, pero aunque parezca paradójico son dos estrategias diferentes).

Manuscrito en el tiempo, de nuestra autora Lucía Solaz Frasquet es el primer libro que publicamos, el día 27 de marzo de 2012, y estamos orgullosos de contaros que no solo no lo dejamos de lado, sino que se sigue difundiendo, y hoy además tenemos que daros la noticia de que lo ponemos en promoción en iTunes, en la tienda de Apple, al atractivo precio de 1,49 euros, (en formato digital, claro está).

Como todos sabréis, y si no ya os lo contamos nosotros, estamos sujetos a la ley del precio fijo de libro, así que, para bien, o para mal, al poner en marcha una promoción en una tienda concreta, hay que poner la obra, en este caso el ebook, al mismo precio, en todas ellas, con el único margen de un 5% de descuentos. Así que podéis encontrar Manuscrito en el tiempo a este mismo precio, por ejemplo, en Amazon, y en el resto de las tiendas online.

Esta promoción estará vigente, desde hoy día 5 de noviembre, hasta el jueves que viene día 12.

Seguimos trabajando para ofreceros más promociones, y como ya os hemos adelantado en un artículo anterior, la siguiente va a ser un Kindle Flash en Amazon: tan solo durante 24 horas uno de nuestros títulos estará a un precio muy especial. ¡Os avisaremos!

jueves, 29 de octubre de 2015

Ocho cosas que no deberías pedir a un blogger literario

Hace unos días leíamos en prensa una noticia sobre Amazon y las reseñas. Ojo, no solo hablo de reseñas de libros, sino de reseñas de productos en general, y probablemente haya ámbitos en los que este tema mueva mucho más dinero que en el nuestro. Como podéis leer, por ejemplo, en El Confidencial, Amazon ha demandado a más de 1.100 personas por publicar reseñas falsas de productos. Es decir, lo que hacía esta gente era vender su capacidad de publicar una reseña en Amazon al mejor postor.

No tengo ni idea de cómo es capaz Amazon de detectar esto, y en el artículo no se habla de libros en ningún momento. Pero sí que en alguna ocasión, al menos refiriéndose a Estados Unidos, donde el mercado de cualquier cosa es mucho mayor que aquí, he leído alguna noticia sobre ventas de reseñas de libros.

De todas formas, esta es la excusa que andaba buscando para contaros un poquito como enfocamos en sinerrata la relación con los bloggers literarios, así como con los pequeños magazines digitales que publican reseñas de libros en Internet. Y como están de moda las listas se me ha ocurrido hacerlo en forma de lista. Como dice el titular estas son, tanto si eres una editorial como si eres un autor autopublicado, las ocho cosas que yo considero que no deberías pedir nunca a un blogger literario si quieres que te reseñe.

  • No puedes pedir que compren el libro. Esta me da vergüenza incluso ponerla aquí, pero es que algunos bloggers me han comentado que reciben e-mails, me temo que de escritores autopublicados, (no chicos, eso no se hace), que les piden una reseña de su libro, y cuando el blogger acepta, a renglón seguido, les dicen donde adquirirlo. Tienes que hacerles llegar tú una copia del libro, ya sea digital o en papel, de forma gratuita. Te están ayudando.
  • La segunda es muy obvia, también, pero me temo que hay que decirlo: no le puedes pasar un ejemplar de un libro a un blogger a cambio de que hable bien. Ni es ético, ni estético, ni lógico.
  • No le puedes pedir que si no le gusta el libro no publique nada. Ojo, muchos lo hacen porque es su forma de trabajar, pero si un libro no gusta siempre ha de quedar a criterio del blogger literario si hace una reseña demoledora, por negativa, claro, constructiva señalando lo que no le gusta del libro, o si prefiere no publicar nada.
  • No puedes ofrecerles contraprestación. Alguien preguntará ¿y por qué? Muy sencillo, si remuneras la reseña, la estás comprando. Otra cosa es que te las ingenies para mimar a la comunidad de bloggers de forma colectiva, ya sea haciendo algún sorteo, o de otra forma más imaginativa, como organizando un encuentro, por ejemplo.
  • No puedes condicionar el futuro envío de otros libros a que guste el primero. A ver, actuemos con lógica: obviamente si a un blogger le ha dado repelús el libro de un autor, puede no ser buena idea que le mandes el siguiente, pero siempre puedes enviarle otro libro. Si a un blogger le da repelús todo tu catálogo pueden estar pasando dos cosas: definitivamente los libros son muy malos o te has equivocado de blogger.
  • No trates peor a un blogger que a un medio más grande. Aunque tenga pocas visitas ya de por sí su opinión es importante, y su tiempo, el tiempo que ha dedicado a tu libro.
  • No exijas sesudas críticas literarias. Y ojo, que hay bloggers que diseccionan un libro a la perfección. Pero de entrada yo no es lo que buscaría, ya que creo que lo importante es que nos cuenten su experiencia de lectura. Los booktubers tienen muy claro, la mayoría de ellos, que no son reseñadores. Algunos bloggers literarios en cambio, en mi opinión, son tan buenos como el crítico literario de cualquier suplemento dominical. Hay muchos estilos de hacer las cosas, y la mayoría de ellos son interesantes.
  • No exijas que suban las reseñas a sitios como Amazon o Goodreads. Y aquí cierro el bucle, hablando de Amazon. Considero que puedes transmitir que eso eso es importante para ti o tu empresa, ya que lo es, pero que en ningún momento deberías ponerlo como condición.
Y de momento, esto es todo. Puede que intente mejorar y ampliar esta lista, si por ejemplo algún blogger literario nos comenta a continuación que es lo que en ningún caso toleraría que le pidieran cuando le piden una reseña.

jueves, 22 de octubre de 2015

Libros enriquecidos


Hoy tenía otro tema para esta entrada, pero un artículo que he leído esta misma mañana del siempre interesante Manuel Gil, me ha hecho recordar que hace tiempo que quería compartir aquí mis particulares opiniones sobre los llamados libros enriquecidos.

Ya desde el principio de la revolución digital en el mundo del libro, muchos de sus defensores incluían entre sus argumentos la posibilidad de enriquecer los ebooks. Esto es, básicamente, añadir a los libros contenido multimedia, como vídeo y audio, además de aprovechar las enormes posibilidades del nuevo formato para crear vínculos y enlaces que permitan la interacción por parte del lector, saltos en el texto, finales alternativos, añadir materiales extra y mil cosas más. No hace falta imaginar demasiado para darse cuenta de las ventajas que esto supone para casi cualquier tipo de libro, pero en concreto para el libro de texto y divulgativo, campo en el que ya hay varios ejemplos espectaculares, o para el libro infantil.

Transcurridos unos cuantos años, el libro digital es ya el presente y sin embargo es cierto que los libros enriquecidos no han llegado aún a explotar, al menos desde el punto de vista de la cantidad de títulos presentes en el mercado, aunque las prediciones anteriores parecían indicar lo contrario. En este tiempo han aparecido también algunos artículos en los que se revisan los posibles motivos de este hecho, que en mi opinión se pueden resumir en un par de puntos:
  • El coste de producción. Que la tecnología permita añadir estos enriquecimientos a los libros electrónicos no quiere decir que sea barato. De hecho, en muchos casos es todo lo contrario, si tenemos en cuenta los gastos de producir los materiales multimedia, por ejemplo, o que los costes de composición/maquetación aumentan. En unas condiciones en las que las ventas de libros en general han disminuido y los editores están pasando por una situación económica más apretada, no siempre es fácil afrontar proyectos que requieren una mayor financiación.
  • El precio de los libros electrónicos y aplicaciones. Rentabilizar la inversión (del punto anterior) manteniendo los precios que el mercado admite, que en la edición digital son sensiblemente menores, puede resultar complicado.
  • Géneros y temáticas. Hay cierto tipo de libro que se beneficia claramente de estas características especiales, como comentaba unos párrafos más arriba, pero sin embargo otros, como la ficción pura y dura, no tanto. Admito que este argumento es puramente personal, pero a mí, como lectora, no me resulta del todo confortable cuando hay algo que me rompe el ritmo de lectura, si tengo que ir siguiendo enlaces, yendo y viniendo por el texto o viendo vídeos.
A pesar de todo ello, también opino que los editores (y por supuesto también me incluyo) hemos incorporado la edición digital a nuestros hábitos de papel y muchas veces nos olvidamos de todas estas posibilidades.

jueves, 15 de octubre de 2015

Mercado digital europeo

Este año, por diversos motivos que ahora no vienen a cuento, no he podido asistir a Liber. Tras leer las crónicas de Manuel Gil y Bernat Ruiz, me quedo con la sensación de que no me he perdido demasiado, pero lo cierto es que me hubiera gustado ver amigos y colegas (o amigos-colegas) y haber escuchado alguna que otra charla que prometía ser interesante. Una de ellas es una mesa redonda sobre el impacto del mercado único digital europeo en el modelo de negocio del sector editorial, de la que hacen una previa en la web cultural Dosdoce.com

Puede sonar contradictorio, por innecesario, que en un escenario digital en el que todo parece estar a nuestro alcance, la Unión Europea se plantee tomar una serie de medidas para potenciar un mercado digital europeo. Al fin y al cabo, a golpe de click podemos comprar casi cualquier cosa de cualquier parte del planeta, ¿o no? Sí y no, o sí pero con limitaciones, ya que hay una serie de aspectos que no nos lo pone tan fácil o que hace que nuestros derechos como consumidores no sean respetados de la misma manera que en el mercado físico, ya regulado en ese sentido desde hace tiempo.

Obviamente, este proyecto de la Comisión Europea tiene en su punto de mira todo el ámbito del mercado digital e incluye todo tipo de bienes y servicios, pero dejadme que arrime el ascua a mi sardina y me centre en la parte que le toca al libro electrónico. Desde mi punto de vista, los aspectos específicos que habría que considerar en cuanto a los libros digitales son los siguientes (la lista no pretende ser exhaustiva y el orden es absolutamente arbitrario):

  • Copyright. En un ámbito más general, no solo en el digital, sería interesante unificar la legislación en cuanto a los derechos de autor en todos los países europeos, de forma que todos los editores nos ubiquemos en un mismo marco legal.
  • DRM. Aunque parece que los sistemas de protección de los libros electrónicos van derivando hacia versiones menos rígidas y más amables para los usuarios-lectores, en mi opinión es imprescindible renunciar de forma global a cualquier método que limite el uso de los ebooks por quienes los compran.
  • Formatos. El uso generalizado de un formato estándar y abierto para los libros digitales es el camino a seguir en este mercado común. Considero fundamental que cualquier ebook comprado en cualquier tienda digital pueda ser leído en cualquier aplicación y dispositivo.
  • Impuestos. No me voy a repetir ahora con la necesidad de igualar el IVA de los libros digitales a los impresos, pero además, este impuesto debería ser el mismo en todos los países y así nos evitaríamos fugas de impuestos y competencias no del todo leales.
  • Bloqueo geográfico. En un mercado global como el digital cada vez tiene menos sentido la limitación geográfica en los contratos de cesión de derechos de autor, que tanto editores como autores y agentes literarios deberíamos trabajar para eliminar definitivamente.
Al margen de estas peculiaridades, me gustaría añadir un factor que no por más generalista es menos importante: el acceso a internet de calidad y a precio razonable. Si queremos un mercado digital funcional y exitoso necesitamos que el público en general pueda acceder a él de forma lo más fácil posible.

Todo esto sería un gran empuje para la Unión Europea, sus empresas digitales y sus ciudadanos, pero además, volviendo a nuestro sector, creo que podría proporcionar una posición de ventaja a los editores frente a las plataformas digitales con un ecosistema cerrado al unificar formatos, impuestos, condiciones, etc.

viernes, 9 de octubre de 2015

¿Y qué demonios es una editorial digital?

Si nos seguís en las redes sociales ya nos habréis oído hablar de la encuesta que ha puesto en marcha en su blog Razonamiento de un editor, Aharón Quincoces. Han pasado los días, y aunque nos comenta que la participación ha sido baja, acaba de publicar un análisis de los resultados.

La pregunta era la siguiente: ¿Qué es una editorial digital? Y la respuesta mayoritaria, con casi un 44% de los votos ha sido la que define a una editorial digital como aquella que maneja un flujo de trabajo digital.

He de decir que realmente esta es la respuesta adecuada, a tenor de lo que comenta Aharón sobre los resultados de la encuesta, y de la definición sobre nuestro trabajo en sinerrata que le he pedido a Amalia López, editora de esta santa casa:
Aunque reconozco que no tengo cien por cien clara la definición de editorial digital, creo que es un concepto muy amplio y también difuso, entre las opciones de la encuesta la que más se acerca a mi concepción particular es "la que tiene un flujo de trabajo digital". Y en ese flujo de trabajo incluyo la distribución, aunque el producto final, el libro, no sea digital, como en el caso de sinerrata con la impresión bajo demanda, aunque tampoco creo que sea imprescindible. Quiero decir, que también podemos pensar que la distribución sale del ámbito de la editorial en sí misma. En mi opinión, una editorial digital es aquella que tiene un proceso totalmente digital,  aunque a final de la línea de producción el resultado pueda ser tanto un libro impreso como uno electrónico (y siempre teniendo en cuenta que para cada uno de los formatos se pueden necesitar distintos caminos).
Obviamente estoy de acuerdo  con ambos editores, sobre todo teniendo en cuenta que ellos son los que conocen a fondo los entresijos del mundo editorial. Pero no me resisto a hacer una matizaciones poniéndome más en la piel del lector, del comprador de libros, a pesar de trabajar codo con codo con los profesionales de la edición.

Yo no me llevaría, por ejemplo, las manos a la cabeza, por ese 25% de personas que responden que una editorial digital es la que publica sólo e-books. ¿Por qué hacerlo? Es absolutamente normal que un lector intente definir más a una editorial por el producto que le hace llegar a sus manos, que por un flujo de trabajo interno que no tiene por qué conocer. No es "su trabajo" conocerlo, sino disfrutar de sus libros.

Por otro lado, ¿no tiene flecos que se escapan el hecho de decir que una editorial digital tiene un flujo de trabajo digital? ¿Qué empresa, de lo que sea, hoy en día, no ha ido transformando parte de su flujo de trabajo, sino todo, a digital? ¿No puede haber editoriales cuyo único "producto" sea el libro en papel pero su flujo de trabajo sea principalmente digital? Entonces, en cierto modo todas las editoriales son digitales, ¿o no?

Así que, de nuevo, aunque creo que están equivocados, entiendo a la perfección a ese 25% de respuestas. En definitiva, según el prisma me parecen válidas todas las respuestas de la encuesta, excepto aquellas editoriales gestionadas por androides que implantan historias digitales en nuestro cortex cerebral. Pero, !aich!, esa no estaba.

jueves, 1 de octubre de 2015

La distribución digital para una pequeña editorial

Parece que fue ayer, sobre todo porque muchos debates siguen estando abiertos y se repiten periódicamente, cuando empezamos a hablar sobre la edición digital y los cambios que introducía en la cadena del libro, hace ya unos cuantos años, y uno de los elementos que sufrieron los primeros ataques fueron las distribuidoras.

Es muy cierto que el trabajo de las distribuidoras tradicionales está vinculado principalmente al transporte de los libros desde la editorial a las librerías y vuelta, con las devoluciones, y ese transporte simplemente no existe en el caso de la edición digital, donde lo que tenemos es un envío electrónico de archivos a las distintas plataformas y puntos de venta online.

Tampoco ayudó la llegada de Libranda, un monstruo (lo siento, es la primera palabra que me ha venido a la mente) creado por los principales grupos editoriales con un mensaje, no tan subliminal, monopolista y un tanto prepotente. [Muy interesante a este respecto el artículo que publicó José Antonio Millán en su blog ante la noticia de su desembarco, especialmente los comentarios (artículo que recupero gracias a la entrada de Mariana Eguaras también mencionada un poco más abajo en este texto)]. En este punto, muchos (incluida yo misma) vimos la distribución digital como un mero calco de su equivalente para el libro impreso, que poco aportaba en un mundo digital y sin embargo pretendía quedarse con una parte del pastel. A modo informativo, en esta entrada de Mariana Eguaras en su excelente blog, se muestra el reparto de porcentajes del libro digital (en contraposición al impreso) y lo que suelen cargar las distribuidoras.

Ha pasado ya algún tiempo y las distribuidoras digitales siguen sin ser un elemento imprescindible en este nuevo (o ya no tanto) paradigma. Hay una buena cantidad de autores que se encargan ellos mismos de la distribución, como parte de la autopublicación, como también hacen algunas pequeñas e incluso medianas editoriales. Nosotros, sin ir más lejos, empezamos trabajando directamente con casi todas las librerías digitales. Sin embargo, una vez que los procesos y ciclos digitales se han asentado y cada agente ha ido encontrando su sitio, las distribuidoras digitales, o al menos algunas, están sabiendo aportar valor a la cadena y convertirse en un elemento fundamental para las editoriales que, como sinerrata, no tienen un catálogo muy extenso ni grandes recursos.

En este mundo digital donde cada vez hay más libros y más dificultades para conseguir visibilidad (como ya comentábamos aquí hace algún tiempo), es verdaderamente importante la relación con el punto de venta y conseguir entrar en sus promociones y eventos destacados, y eso, para pequeños editores como nosotros, prácticamente solo es posible gracias un intermediario fuerte que no solo lleve nuestros libros allí donde tienen que estar, sino que además los presente, los promocione y los defienda. En realidad, prácticamente lo mismo que hacen las buenas distribuidoras de papel pero que ha tardado un poco más en llegar al mundo digital.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Editoriales digitales: pequeñas, especializadas y muy interesantes

Es bonito ver, cuando tienes una idea clara, e intentas ponerla en práctica, que no estás solo. Desde sinerrata hemos dicho en multitud de ocasiones que no renegamos del papel, todo lo contrario: somos lectores de libros, independientemente de su formato, y como editorial también ofrecemos el libro en papel, aunque en nuestro caso es "un complemento".

Nosotros, inicialmente, publicamos narrativa contemporánea, aunque la colección de novela negra es la que crece a mejor ritmo. Hoy nos gustaría hablaros de tres editoriales que consideramos amigas, y que comparten con nosotros la condición de ser nativos digitales. Compartimos también una filosofía de respeto al lector, que implica, por ejemplo el evitar el uso de DRMs que supongan dar datos personales a terceras empresas, o la descarga de programas. En definitiva, no molestar a la persona que se ha comprado uno de nuestros libros. Entre ellas comparten, además, el hecho de ser especializadas en un tipo de literatura.

Empezamos presentando a 2709 books, que como ellos mismos nos cuentan comienza publicando narrativa africana para dar voz a un continente que cuenta con 55 países y casi 1000 millones de habitantes, pero del que tenemos una visión incompleta y bastante estereotipada.

Ellos, o mejor debería decir ella, ya que Marina M. Mangado es el alma mater de este proyecto, miman las obras, a los autores, y también a los traductores, que son uno de los puntales de la editorial.


La segunda editorial que os queremos presentar se llama Chidori Books. También les cedemos la palabra para que nos cuenten que nacen de la unión de dos grandes pasiones: los libros y Japón. Es por este motivo que nos hemos fijado como objetivo primordial aproximar el País del Sol Naciente a los lectores en lengua española, no solo a través de las más consagradas figuras literarias japonesas, sino también mediante autores desconocidos para el gran público occidental.

Detrás de esta editorial está Margarita Adobes, apostando por escritores japoneses, pero también por autores occidentales que nos ayuden a entender mejor la cultura nipona.

Por último, pero no menos importante, toca hablar, de Fata Libelli. De nuevo, al parecer la literatura digital está en manos femeninas, dos mujeres, Silvia Schettin y Susana Arroyo, que han puesto en marcha una editorial especializada en fantasía y ciencia-ficción.

Nos cuentan que se centran en la publicación de relatos y novelas cortas, sobre todo de autores extranjeros hasta ahora inéditos en español. Al parecer su principal objetivo es dominar el mundo, pero mientras tanto sus publicaciones se centrarán en la literatura fantástica contemporánea y ya podemos confirmar la presencia en nuestro naciente catálogo de autores como Peter Watts, China Miéville, Tim Pratt o Elizabeth Bear.

¿Y por qué somos todos digitales? Las razones que podemos entresacar de una y otra web, también las compartimos. En principio la intención es llegar a los lectores, independientemente del país en el que vivan, porque creemos que el libro electrónico tiene futuro, y como una clara apuesta por las nuevas formas de lectura, sin que esto suponga en ningún momento renunciar a lo que ya conocemos.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Autores, editores y editoriales: combinaciones varias

Esta semana me he encontrado con dos artículos muy interesantes que valoran la relación entre autores, editores y editoriales, aunque cada uno con una perspectiva bien distinta. Sobre la relación entre autores y editores ya había escrito aquí mismo en alguna ocasión, pero me ha parecido que en la confluencia de estos dos escritos se explicaban bien las nuevas formas de publicación y su evolución.

El primer texto del que os hablada es este de José Antonio Millán, en el que comenta otro interesantísimo artículo sobre las posibles formas en las que los autores primerizos encuentran editor (en el sentido de publicador) y los distintos profesionales que pueden intermediar en ese proceso, desde agentes literarios hasta críticos o incluso otros autores. Este es un viaje que muchos autores emprenden, y que no tantos consiguen seguir hasta el destino, y que normalmente comienza con un manuscrito que se envía directamente a la editorial o a alguno de esos intermediarios (por cierto, que también en este blog publicamos unas sencillas recomendaciones para presentar una propuesta editorial). Me ha parecido especialmente interesante cómo los datos que se comentan, sobre el número de agentes, la cantidad de originales, el total de publicaciones y otros, reflejan claramente el cuello de botella, desesperante para los autores y difícil de gestionar para las pequeñas editoriales, que se produce en este recorrido tradicional.

Y esto me lleva hasta el siguiente artículo, en esta ocasión de Bernat Ruiz y titulado Hacia la edición con editores y sin editoriales. Como consecuencia de ese difícil tránsito hacia las editoriales que sufren muchos escritores y por otros motivos que Bernat Ruiz expone en su entrada, además de por la mayor facilidad de acceso gracias al libro electrónico y otras tecnologías, cada vez hay más autores que optan por prescindir de una casa editorial. Cualquiera que sea el motivo, la autopublicación es una opción tan válida como cualquier otra e incluso puede ser más ventajosa para el autor, pero otra cosa es la autoedición. De hecho, si hay algo que se le reprocha de forma recurrente a muchos libros autoeditados es la ausencia de una edición profesional. Afortunadamente en este aspecto también creo que estamos evolucionando, y me da la impresión, como a Bernat, de que cada vez más los escritores que se autopublican solicitan la ayuda de profesionales de la edición para conseguir mayor calidad en sus libros.

Sea cual sea la combinación elegida, autores y editores hacemos un buen equipo y, aunque puedan cambiar las formas en las que nos relacionemos, creo que aún nos queda por delante mucho recorrido.

jueves, 10 de septiembre de 2015

¿Tienen futuro los audiobooks?

Hace casi dos años leíamos un demoledor artículo en El Diario.es, firmado por la periodista Paula Corroto, que titulaba de forma taxativa: Audiolibros, el negocio frustrado en España. Me remonto un poquito más en el tiempo: hace unos tres años, en una charla en Liburutekia, el escritor Juan Gómez Jurado nos hablaba de algunos proyectos llevados a cabo en Estados Unidos, para la promoción de este formato de lectura, que habían fracasado de forma estrepitosa.

Un tema interesante que se comenta en el artículo de Paula, es que según los grandes sellos, el futuro pasa más por los libros multimedia. Es decir estaríamos hablando de ebooks enriquecidos, o más bien de apps que al poder ofrecer sonido, vídeo, y prácticamente todo lo que podamos imaginar, podrían devorar perfectamente el formato del audiobook antes, siquiera, de que llegue a su adolescencia.

Yo no sé si el título que he elegido es la pregunta adecuada, o si tal vez deberíamos sustituirla por ¿son útiles los audiolibros para alguien?, y si la respuesta es afirmativa ponernos a trabajar para que tengan futuro. En este sentido yo solo me limitaré a señalar los esfuerzos de la ONCE, con su formato DAISY, que como bien explican en su web, es un paso hacia delante mejorando los audioebooks en MP3, añadiendo otro tipo de archivos para, por ejemplo, permitir la navegación.

También es cierto que en ocasiones un formato tarda en cuajar. Yo tengo absolutamente claro que el libro electrónico es el futuro, pero, y lo he repetido ya en infinidad de ocasiones, ni ha sido el vendaval que algunos esperaban, ni el libro en papel va a desaparecer, ni yo quiero que lo haga. Me apasiona disponer de cuantos más formatos mejor. En el caso del audiolibro, desde el año pasado empezaron a llegar mejores noticias: los grandes que empiezan a meter la patita en este formato, y las cifras que llegan desde Estados Unidos, que es donde hay que mirar, me temo, empiezan poco a poco a crecer.

Por nuestra parte contaros que nuestros amigos de Seebok está usando el audiolibro de una forma muy interesante: ofreciendo primeros capítulos de libros para, como ellos dicen, descubrir escuchando lo que vas a leer. Así lo han hecho, por ejemplo, con uno de nuestros libros: La decepción del cabo Holmes, de Carlos Laredo.

jueves, 3 de septiembre de 2015

El placer de editar, la ilusión de publicar

Recién empezado el nuevo curso, estamos ya manos a la obra con la edición del que será nuestro lanzamiento de otoño: el nuevo caso del sargento hechizado, Carmelo Domínguez, ese peculiar sargento de la Guardia Civil que con su especial mirada nos lleva a un pueblo serrano en la España de los años cincuenta y sus crímenes y misterios, surgido de la pluma de Fernando Roye.

Como editora, publicar un nuevo libro me hace una ilusión indescriptible; una mezcla de emoción, nervios e impaciencia por mostrar a los lectores esa historia que ya ha pasado a formar parte de tu memoria, de tu sensibilidad lectora, y que crees, confías, atrapará de la misma forma a los demás.

Pero toda publicación empieza con un enamoramiento, el que surge la primera vez que lees un manuscrito. El origen de la chispa inicial puede ser el personaje principal o algún secundario, una trama redonda y cautivadora, los diálogos, llenos de ingenio y sabiduría, una ambientación evocadora, la habilidad del autor en la conjunción de las letras, o una combinación de varios de estos elementos. En ciertas novelas hay algo que de repente nos hacer ver las líneas como un camino sin retorno hacia ese nuevo mundo que nos presenta, y ese momento es para mí, simplemente delicioso.

Si la primera lectura es el flechazo, el proceso de edición es, sin duda, la más bonita historia de amor correspondido. Durante ese tiempo de pulido y preparación del original, con sus varias y consecutivas fases, el editor bucea en todas las costuras del texto y establece una nueva relación con él y con su autor. Y en una editorial modesta como sinerrata, en la que prácticamente todo se hace en casa y por un número reducido de personas, este trabajo es todavía más intenso. Y en consecuencia, en mi opinión, más satisfactorio. Durante esta etapa nos conocemos el uno al otro (editor-manuscrito-autor-editor) y nuestra relación se desarrolla y afianza. A estas alturas no hace falta que diga cuánto me gusta esta parte de mi trabajo, ¿verdad?

Pues en eso estamos ahora, en el disfrute de conocernos y mejorarnos, dando forma a lo que, no tardando mucho, os presentaremos con toda la ilusión del mundo. La ilusión de que también vosotros os enamoréis perdidamente.

jueves, 27 de agosto de 2015

Lecturas (pendientes) de verano


Como ya os contaba en una entrada anterior, para mí el verano está directamente relacionado con la lectura, no solo por ser un periodo de vacaciones y, consecuentemente, con más tiempo que dedicar a esta actividad, sino también porque los días más largos y calurosos invitan a encontrar otros y muy placenteros lugares de lectura, como la playa, la piscina, o un simple pinar.

En esa misma entrada a la que hacía referencia, compartíamos con vosotros la lista de títulos que colaboradores y autores de la editorial recomendábamos o pretendíamos (en mi caso) leer durante esta temporada estival, y yo misma ya aventuraba que muy posiblemente fueran más de los que finalmente pudiera disfrutar.

Acabadas las vacaciones, puedo confirmar mi predicción de entonces: regreso con varios libros sin leer aunque también es cierto que otros que no estaban se colaron improvisadamente en la lista. Como seguramente también os pase a muchos de vosotros, las librerías desconocidas (o no) en el lugar de veraneo ejercen una especial atracción en mí y a la vez me proveen de material local o simplemente imprevisto. Pero aún queda verano por delante y pretendo aprovechar cada segundo restante para mantener ese espíritu vacacional y seguir avanzando en mis pendientes página a página. 

¿Y vosotros? ¿Habéis cumplido vuestros propósitos lectores? ¿Habéis descubierto alguna joya inesperada?

martes, 21 de julio de 2015

Nos vamos de vacaciones


Con este calor no hay quien se concentre en la oficina así que, aunque seguiremos activos en las redes y continuaremos trabajando en las novedades de otoño, ponemos el cartel de “cerrado por vacaciones” en el blog hasta finales de agosto. Además, aprovecharemos estos días de ritmo pausado y más tiempo de ocio para dar buena cuenta de la lista de lecturas de la que os hablábamos en la entrada anterior, claro.

De parte de todo el equipo de sinerrata, os deseamos unas muy felices vacaciones y muchas, variadas y entretenidas lecturas, y os esperamos a la vuelta con más novela negra en español y el reecuentro con nuestros (y, esperamos, también vuestros) personajes favoritos.

miércoles, 8 de julio de 2015

Lecturas de verano

A estas alturas del año, muchos de vosotros (o eso esperamos) estáis ya de vacaciones o soñando hasta despiertos con ellas. Os podemos asegurar que en nuestro caso es lo segundo, mientras vamos preparando la lista de lecturas para estos días de asueto y de, ¡por fin!, unas cuantas horas libres que dedicar a leer perezosamente... Lo que os decía, soñando hasta despiertos.

No sé si también os pasa, pero una de las partes que más me gusta de las vacaciones, o de un viaje, es el mero hecho de prepararlas. Mientras pienso en dónde voy a ir o lo que voy a hacer o simplemente en qué voy a emplear ese tiempo libre, ya empiezo a disfrutarlo. Y lo mismo me ocurre con la lista de lecturas; me resulta de lo más placentero ir revisando y recopilando los libros que no he podido leer durante el año por falta de tiempo, esos que me he ido apuntando para precisamente este momento y también los que me han saltado desde otras listas que en estas fechas encontramos en medios y blogs o que nos proporcionan amigos y colegas. Llegados a este punto, creo que os podéis imaginar que me resulta imposible leer ni la mitad de lo que me propongo, pero eso es también parte de la diversión.

Hemos preguntado a los autores y colaboradores de sinerrata por sus recomendaciones o propósitos de lectura de verano, esperando que os puedan servir de inspiración o incluso daros una o varias ideas.

Maia Losch, la autora de Allí donde el viento espera, nos recomienda a Patrick Modiano, a quien ha conocido recientemente, dice, gracias al premio Nobel de Literatura que recibió el año pasado. Maia está leyendo ahora mismo, y disfrutando, Expiación, de Ian McEwan, y, aunque confiesa que sus lecturas son más de invierno que de verano, pone en su lista a Amos Oz y El ruido de las cosas al caer, de Juan Gabriel Vásquez.

Carlos Laredo, el escritor detrás de la serie del cabo Holmes, nos cuenta que él cada verano relee a Proust, particularmente El mundo de Guermantes (la tercera parte de En busca del tiempo perdido). Este verano piensa leer también Hombres buenos de Arturo Pérez Reverte y recomienda Enterrado en vida, de Arnold Bennet, El marciano, de Andy Weir, La verdad sobre el caso Harry Quebert, de Joël Dicker, y cualquier título del divertido P.G Wodehouse, como Omnibus Jeeves. Otra vuelta de tuerca.

En la lista de lecturas de verano de Fernando Roye, el autor de El caso de la mano perdida, están: El tango de la vieja guardia, de Arturo Pérez Reverte, para hacer un viaje en el pasado y visitar Argentina, la Riviera francesa y Sorrento; Carreteras secundarias, de Ignacio Martínez Pisón, para recuperar las playas de invierno; El señor Malaussène, de Daniel Pennac, para vivir e integrarse en el barrio de Belleville de París; La interpretación del asesinato, de Jed Rubenfeld, para conocer a Sigmund Freud y las calles de Nueva York en 1909; y, por último, cualquier álbum de Tintín, de Hergé, para volver a la infancia.

José Morand, el autor de Devuélveme mi noche rota, nos recomienda para este verano: 
Dogma, de Lars Iyer. Es la segunda parte de una trilogía iniciada con Magma. En ella se narran las chanzas, los absurdos dictámenes, los desvergonzados discernimientos de un par de colegas escritores y filósofos, uno ligeramente más exitoso que el otro; pero, ambos, igualmente aficionados a la bebida. Se trata de un par de inútiles; auténticos damnificados de la ineficacia de su propio esnobismo. En esta segunda parte, viajan al Sur. La novela reproduce situaciones hilarantes derivadas de poner a este par de sofisticadísimos esnobs en el contexto rudo y ceñudo del Sur de los Estados Unidos.
Los Living, de Martín Caparrós. Esta novela fue Premio Herralde en 2011. A mi modo de ver, siempre vale la pena leer a Caparrós. Tanto si el libro es de ficción como si no lo es. (Este año ha editado un libro de no-ficción igualmente recomendable, titulado El hambre). La novela que le dio el Premio Herralde está provista de un humor negro absolutamente imbatible. Trata de un proyecto artístico completamente disparatado. En el que las obras de arte son cadáveres embalsamados expuestos en lugares públicos. Aparte del tema artístico (el arte como cosa inerte, sin vida), la novela trata de contextualizar la compleja situación política de Argentina, con el fallecimiento de Perón como punto de partida. Sin embargo, lo que más merece la pena es el curiosísimo estilo de Martín Caparrós, y su uso de los signos ortográficos un poco a la manera de Sterne.
Ni puedo ni quiero, de Lydia Davis. Lydia Davis escribe cuentos sobre casi cualquier cosa. Es más, hace que casi cualquier cosa se convierta en una pequeña pieza narrativa. Reflexiones aparentemente banales. Anécdotas. Reinterpretaciones de lecturas ajenas. Cartas nunca enviadas a personajes imaginarios. Como Borges, en el caso de que Borges no estuviese permanentemente instalado en lo exquisito. Davis a veces es ingenua. Otras veces resulta incisiva. A mi modo de ver, una lectura fresca, en el buen sentido. Además, estuvo casada con Paul Auster y ha escrito una excelente novela (El final de la historia) como desquite de su relación fallida.
Sin embargo, nos dice también, lo que lo que se ha propuesto realmente para este verano es leerse de cabo a rabo Anna Karenina.

Lucía Solaz, la autora de Manuscrito en el tiempo, El retorno de los bardos, y Entre sombras, se plantea este verano “atacar” unos cuantos de los libros que tiene pendientes. Algunos, como Rayuela, de Julio Cortázar, llevan años en espera y de estos meses de estío no pasa, nos dice. Entre el resto se encuentran: Creative Schools, el último ensayo del magnífico Ken Robinson, Feeding your demons, de Tsultrim Allione, Crematorio, de Rafael Chirbes, Natural grace, de Rupert Sheldrake y Matthew Fox y El mago, de John Fowles. Y, desde luego, añade, como buena lectora está abierta a cualquier sorpresa literaria que la vida ponga en su camino.

Javi de Ríos, colaborador de la casa en materia de prensa, medios y blogs, nos ha enviado sus propuestas de lecturas para sus vacaciones:
Una cosa pendiente: Cristina, de Abrir un Libro, habla en redes sociales de un escritor de CF al que nunca he leído: Robert Heinlein; voy a intentar buscar algo de este autor.
Una relectura en papel: Por tercera vez voy a releer los microrrelatos de Manu Espada en Personajes secundarios.
Lecturas en digital: De pequeñas editoriales, independientes como sinerrata, y digitales, voy a leer Homo homini lupus, de Robert Shearman, publicado por Fata Libelli, y El todopoderoso Shikaku, de Naoko Tanigawa, publicado por Chidori Books.
Lecturas en papel: Son dos libros que nos han ido regalando en casa, bastante conocidos, que quiero, al menos catar, y casi seguro leer: Cabaret Biarritz, de José C. Vales, y Charlotte, de David Foenkinos.

Otra de las fantásticas colaboradoras de la editorial, Judit Rodríguez Carmona, nos recomienda un título y nos deja otro todavía pendiente:
Ya leído: Incendios, de Wajdi Mouawad (KRK a Escena). Breve y maravillosa obra de teatro, un género que siempre me ha gustado porque me permite, mejor que muchas novelas, aproximarme al máximo al escenario de la narración, traspasando las palabras; y sobre todo porque da al lector solo lo justo para pensar e interpretar la obra. Esta, Incendios, va si cabe un paso más allá. Ya no es solo el género y el mensaje, es también la forma de transmitirlo, el juego de voces y flashbacks que Mouawad hace para contar algo que, irónicamente, nos deja helados. Recomendada no, recomendadísima lectura para una de estas tórridas tardes de verano.
No leído. Stoner, de John Williams (Baile del Sol). Yo, como casi todos, me dejo guiar muchas veces por las sugerencias de mis amigos (y no tan amigos) lectores. Apenas he leído comentarios ni reseñas, y poco sé de su argumento más allá de lo que pone en su contra cubierta, pero no puedo pasar por alto un libro que me han recomendado tantas veces, así que Stoner será una de mis próximas lecturas. La verdad es que promete...

Y, ya para terminar esta entrada cargada de literatura y horas de agradable lectura veraniega, os contaré que en mi lista de vacaciones, entre otros muchos títulos, están los tres últimos casos del inspector Montalbano, creado por el inimitable Andrea Camilleri, El marciano, de Andy Weir (y no solo porque sea una recomendación de Carlos Laredo), La casa de las miniaturas, de Jessie Burton, algún libro de la serie de Harry Hole, de Jo Nesbø, y la relectura anual de Mi familia y otros animales, de Gerald Durrell, que nunca falla en hacerme reír y en trasladarme a esos maravillosos y largos veranos de la infancia.

En cuanto a recomendaciones, dejadme que me despida diciendoos que cualquiera de nuestros libros será una excelente compañía para unos días de caluroso descanso.

viernes, 3 de julio de 2015

El discreto encanto de Sherlock Holmes

Y pido perdón por prácticamente robarle el título de una película al maestro Buñuel, pero es por una buena causa: dedicarle unas líneas al personaje creado por otro maestro.

Si bien sinerrata es una editorial que no se cierra en banda a ningún género, a estas alturas ha quedado claro que nuestra colección dedicada a la novela negra, sinrastro, es una marca de identidad de esta casa. Ya son dos las sagas que forman parte de esta colección; una ya con tres títulos publicados, claramente asentada, y otra con un título que ha arrancado con fuerza y excelentes críticas. 

Si hay un nombre propio al que inevitablemente se ven asociado nuestros títulos ese es el del inmortal detective creado por la pluma de sir Arthur Conan Doyle. Con permiso de los hijos de Agatha Christie, quien habla de Holmes, de Sherlock Holmes, está citando al detective más famoso de la historia. Célebre sobre todos por sus certeros métodos deductivos, que le hicieron triunfar sobre todo tipo de malhechores en los casos planteados a lo largo de 54 relatos y 4 novelas (wikipedia dixit).

Sherlock Holmes era, y es, un personaje, permitidme la expresión, muy potente, con una adicción muy fuerte, con su interesante relación con la música y, hablando de relaciones, con un único amigo y confidente conocido. A lo largo de los años muchos personajes literarios y cinematográficos se han inspirado en Holmes; un caso que no todo el mundo conoce, pero que es francamente curioso, es el del doctor House.

En cuanto a nuestros detectives de cabecera, uno de ellos, el cabo Souto, el personaje creado por Carlos Laredo, como bien se puede ver en el título de sus libros, lleva la relación con Holmes de serie, ya que sus propios compañeros, e incluso sus jefes, lo apodan así, debido a su forma de trabajar minuciosa y extremadamente ordenada.

Souto es también un gran lector de novela negra. Curiosamente, si saltamos a la obra de Fernando Roye, nos encontraremos que en este caso, el personaje que lee con fruición cuanta novela policíaca cae en sus manos, no es el protagonista principal, el sargento Carmelo Domínguez, sino uno de sus ayudantes, Benito Viedma, quien además de leer cuanto llega a sus manos ejerce como el particular doctor Wattson de nuestro sargento de los ojos de diferente color.

jueves, 25 de junio de 2015

El pago por página de Amazon

Una de las noticias bomba de la semana en el vecindario de la edición es la decisión de Amazon de empezar a pagar a los autores por páginas leídas en lugar de por descarga. El titular es ciertamente impactante, y he podido leer artículos y comentarios que directamente ponen el grito en el cielo en nombre de los autores y del efecto que tamaña decisión tendrá en la Literatura, así con mayúsculas. Que si los pobres no van a ver ni un duro por lo que escriben, que si a partir de ahora solo vamos a poder leer obras larguísimas plagadas cliffhangers, para que nos hagan seguir leyendo sí o sí. Reconozco que mi mente de editora ingenua se lleva las (imaginarias) manos a la cabeza cuando piensa en autores o editores escribiendo o publicando con la vista puesta en cómo van a ser remunerados, pero esa es otra discusión para otro momento.

Es importante puntualizar que esta nueva forma de remuneración afecta a los libros que se lean en el sistema de suscripción de Amazon, Kindle Unlimited, y esto, en mi opinión no es una distinción banal. Aunque obviamente a estas alturas aún no sabemos si Amazon querrá extender este nuevo tipo de pago a todos los libros vendidos/prestados/leídos a través de su plataforma (lo que, en principio, dudo), en mi opinión tiene sentido que no se pague igual por un libro que simplemente se ha ojeado (u hojeado) que por el que se ha leído de cabo a rabo, dentro de un modelo de negocio de suscripción. Entiendo que alguien que paga una cuota fija mensual por leer tanto como quiera, y con un tiempo limitado para dedicarle a la lectura, es probable que no persevere si empieza un libro y en seguida se da cuenta de que no le gusta (aunque, por supuesto, esto es una generalización, hábitos lectores hay tantos como los mismos lectores). De hecho, Amazon ni siquiera es el primero en aplicar un sistema de retribución semejante, 24symbols empezó su andadura pagando a los editores así y pasando luego a un modelo club, es decir, como una descarga completa cada vez que un lector (suscriptor) pasa del 10% del libro, como bien explica Bernat Ruiz en su serie sobre la empresa española de lectura por suscripción.

No quiero entrar en el debate de cuál de los dos modelos favorece más al autor o a las editoriales, creo que es demasiado complejo y con un buen número de factores a tener en cuenta que pueden desviar la balanza hacia uno u otro lado en cada caso particular, y me niego a valorarlo en función del número de páginas o el género de los libros. En cualquier caso, tengo claro que la introducción de nuevas formas de lectura conlleva una revisión de las formas de pago, de los lectores a las librerías o plataformas, y de estas a las editoriales y autores, y este de Amazon no es más, en mi opinión, que un paso más para ir ajustándose a los nuevos modelos.

Al igual que la edición digital significó un aumento en el porcentaje de las regalías de los autores, los modelos de suscripción requieren de su particular sistema de pagos, que aún tendrá que ajustarse y evolucionar.