jueves, 2 de octubre de 2014

Yo quiero una Expresso Book Machine

Y no sé por qué mientras lo digo me imagino cantándolo a coro con James Brown, pero chanzas a parte a mí me parece un gran invento. Recordemos que antes de que todos habláramos del libro electrónico como ese gran cambio, aunque lento, por el que está pasando la industria editorial, hubo otra pequeña gran revolución: la de la impresión bajo demanda, (POD en sus siglas en inglés, que se usan mucho). ¿Esto qué significa? Básicamente que las técnicas de impresión han mejorado tanto que es factible, a mayor costo, pero sin que se dispare de forma estratosférica, imprimir un solo libro, y poner en marcha el proceso en el mismo instante en el que un lector decide adquirirlo.

Esta idea pasó a ser un hecho especialmente gracias a la venta por Internet, que puede ser, en algunos casos, directa, sin intermediarios. Y aunque las grandes editoriales no parece que tiren demasiado de ella, sí que fue muy importante para algunos sellos pequeños, y para escritores que se autopublicaban, ya que al menos hacía inncesaria una fuerte inversión en una tirada inicial.

Pero la Expresso Book Machine nos vuelve a situar en la compra en un espacio físico, ya que, para entendernos, estamos hablando de una pequeña imprenta autónoma, que en unos minutos nos "manufactura" un libro, (o más, claro), a partir de un PDF. La idea es que nosotros podríamos ir a una librería donde tuvieran la maquinita de marras, consultar un catálogo, que podría incluir las obras de las editoriales que lo tuvieran a bien, y seguramente infinidad de clásicos o textos libres, dar un botón, y llevarmos nuestro libro calentito como una barra de pan.

Según creo, desde hace muchos años hay maquinas de este tipo, por ejemplo, en la Biblioteca Pública de Nueva York. Como pasa con el e-book no ha habido una gran revolución, una eclosión fulminante del invento, pero se van dejando ver. Hace un año y medio leíamos en Actualidad Editorial que un gran grupo, Penguin, entraba en el programa de impresión bajo demanda de la impresora Expresso Book Machine. Este mismo mes nos cuentan en Papel en Blanco, que es una gran cadena de librerías norteamericana, Barnes & Noble, la que va a probar las máquinas, y lo que ello conlleva en sus establecimientos. Paso a paso.

Por cierto, en sinerrata, como continuación de nuestro carácter digital, estamos trabajando en la opción de poder comprar nuestros libros en papel gracias a la impresión bajo demanda. ¿A qué estaría bien poder comprarlos en una librería gracias a una máquina de este tipo?

5 comentarios:

  1. ¡Ay, Javi! Claro que estaría bien... y espero que pronto podamos ver los libros de Sinerrata impresos bajo demanda para que los lectores que deseen leer en papel no los se pierdan :)

    ResponderEliminar
  2. Ya queda menos, Mariana, ya queda menos. Y, desde luego, no lo podríamos hacer sin tu ayuda, ¡mil gracias!

    ResponderEliminar
  3. ¿Pero cómo se lo ve una vez impreso? Como un libro o como un archivo cualquiera? ¿Tiene tapa y contratapa? ¿Quién carga el libro en la máquina, el cliente o la librería?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El resultado puede ser tan bueno (o malo) como cualquier libro de tapa blanda de una librería (y dependerá también de la calidad de maquetación del PDF a imprimir y de la cubierta, que también tiene). La librería tiene una colección de títulos, proporcionada por las editoriales (normalmente a través de un distribuidor) pero también proporcionarlo el cliente. Maia, qué lindo que te pases por aquí, ¡gracias!

      Eliminar
    2. Gracias a ti por aclararme la duda. Yo siempre paso. A veces no comento porque simplemente no tengo nada que decir.

      Un abrazo.

      Eliminar