miércoles, 25 de septiembre de 2013

Novedad - Devuélveme mi noche rota


El proceso de edición de un libro, desde que leemos el manuscrito por primera vez hasta que finalmente se pone a la venta, es, en la mayoría de los casos, más largo y tortuoso de lo que autores y editores quisieran. Es por eso que cuando me toca hablar de novedades, como hoy, que quiero presentaros nuestro último libro en salir a la calle, secretamente se me escapa la sonrisa porque es posible que lleve "en faena" con él más de un año y la palabra “novedad” dista mucho de representar la forma en que yo lo veo. En todo ese tiempo, este trabajo me permite establecer una preciosa y profunda relación con las novelas, que habitualmente también se extiende a los autores (lo que es en mi opinión el colmo de la buena fortuna).

Devuélveme mi noche rota es un libro especial, a medio camino entre la ficción y la autobiografía (autoficción, lo define el propio autor) que te atrapa porque cuenta la vida de alguien que podríamos ser nosotros a través de un referente presente también en todas nuestras historias: la música. El autor, José Morand, aprovecha su afición (obsesión, adicción, se podría llamar también) al pop y la música en general para, disco a disco, sin seguir un orden cronológico (o de ningún otro tipo), engranar un relato de sus otras obsesiones, debilidades, fracasos y también alegrías, sorpresas y felicidades.

Tenéis toda la información sobre el libro y el autor en su ficha en nuestra web, incluyendo los puntos de venta a partir de mañana, y, para ir abriendo boca, podéis escuchar la lista de reproducción con las canciones que se mencionan en la novela en Spotify y YouTube.

Esperamos que os guste tanto como a nosotros y también que nos contéis (aquí, en la web o en nuestras redes sociales) lo que os ha parecido.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Diez razones para (ponga aquí lo que le parezca)


Hace tiempo ya que vengo observando que, sobre todo en los blogs, se han popularizado las listas y las infografías. Es posible encontrar unas y otras de los temas más variopintos, interesantes en algunos casos (e imagino que según para quién) y en otros incluso ridículos. Las infografías dan para una entrada por ellas mismas, y quizá les dedique una en otra ocasión; hoy voy a hablaros sobre las listas, en particular sobre esas que enumeran los diez motivos que deberían bastarnos para amar u odiar prácticamente cualquier cosa.

Es posible encontrar las diez razones para querer que Madrid sea ciudad olímpica y otras diez para que no lo sea, los diez motivos para visitar hasta el más remoto punto del globo terráqueo o para no salir de casa, diez excusas para hacerse de un partido político o para no volver a votar en tu vida, y, por supuesto, las diez razones para preferir los libros electrónicos  o para huir de ellos como la peste.

Este último fue en realidad el que me inspiró para escribir esto que leen, pero antes de seguir quiero aclarar que no pretendo defender una cosa ni la contraria. Pienso que cada formato tiene sus ventajas y sus inconvenientes, que ninguno es mejor que otro, así en absoluto. Cada uno tendrá sus preferencias o, incluso, como es mi caso e imagino que el de muchos lectores, dependiendo del libro o las circunstancias elegimos uno u otro.

Supongo que la vehemencia es también una forma marketing y “venden” mucho más las posturas extremas, además de que queda más bonito titular un post utilizando un número redondo y rotundo como el diez, en lugar del cuatro o el siete, pero hay veces que los argumentos están un poco traídos por los pelos. “Los libros se pueden leer en el baño” (por los libros de papel; nótese cómo el artículo deja bien claro que libros de verdad son solo en formato impreso), ¿y un libro digital no?

Pero ya puestos, estas son las razones con las que me quedo:
 

(Por cierto, también se pueden encontrar motivos para no leer, aunque estos tienen trampa)

jueves, 12 de septiembre de 2013

Redes sociales de lectores




La lectura es, por antonomasia, una actividad de disfrute individual. Esto tiene ventajas y también, hay que reconocerlo, inconvenientes. Por supuesto que depende muchas veces de la perspectiva desde la que se mire, pero esa es otra historia. En cualquier caso, todos nos hemos encontrado en un momento u otro con la necesidad de compartir lo leído, de decirle al mundo cuánto nos ha gustado y de intentar que otros logren sentir lo mismo que nosotros mientras lo leíamos. No hay más que pensar en nuestros libros favoritos… ¿cuántas veces los habremos recomendado?

De ahí que existan los clubs de lectura y, en la era Internet, los blogs y foros literarios. En definitiva, comunidades de lectura en mil y un formatos que lo único que pretenden es hacer de la lectura algo social, del mismo modo que lo es el cine o la música. Siguiendo esta praxis, se han ido poniendo de moda, desde hace unos años para acá y cada vez más, las redes sociales de lectores.

En la actualidad existen infinidad de ellas, algunas más completas que otras y con características propias, pero la mayoría permiten contactar con lectores de nuestras mismas afinidades, descubrir nuevos libros a partir de nuestras lecturas anteriores y, por supuesto, comentar y debatir sobre cuantos libros deseemos.

En sinerrata lo que más nos gusta de este tipo de redes sociales es el papel de prescriptor que se les otorga a los lectores. Y es que nosotros somos de la opinión que no hay nadie mejor que los propios lectores para dar a conocer no solo los nuestros, sino todos aquellos buenos libros que, afortunadamente, se pueden encontrar en cualquier librería, sea virtual o física. 

Es por eso que en esta vuelta al cole hemos querido ponernos las pilas y hacernos un hueco en las principales redes sociales de lectores, para dar así cabida a nuestros libros y propiciar que sean los lectores quienes puedan comentar libremente su experiencia con ellos. Si tenéis perfil en alguna de ellas os invitamos desde ya a visitarnos y, si os apetece, a haceros nuestros amigos. De momento, sinerrata está presente en:
Además de éstas, como decíamos antes, existen muchas más. Por si os interesa, aquí os mencionamos otras pocas: Bukear, Bookish, Bookshout, Lecturalia, Libro de Arena, Liibook, ReadGroups, Shelfari, Tu que lees y weRead.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Habitar una lengua

En el año 1973, la revista Gente, de Argentina, reunió a Ernesto Sabato y a Jorge Luis Borges. En determinado momento de la conversación, Sabato dice: "Suele decirse: 'Fulano domina varias lenguas'. Generalmente, uno no domina ni la de uno". Y Borges le responde: "Más bien está dominado por ellas…".

Me lo han preguntado varias veces y no he sabido responder: en qué idioma sueño. Pensar, sin embargo, ya es más fácil de responder pues lo hago un poco más consciente -aunque no siempre despierta del todo. Pienso en hebreo y en español, dependiendo del tema y el contexto. Escribir, porque naturaleza obliga, sólo en el idioma en el que consigo sentir las palabras con el cuerpo: el español.

No recuerdo si alguna vez me extendí acerca del tema, de los motivos por los que escribo en este idioma; los motivos por los que me mantengo terca, insistente, en este punto cuando, por lógica, me resultaría mucho más fácil acercarme a lectores en el idioma hebreo, lengua del sitio en el que vivo desde hace diecisiete años. Creo que fue Cirlot quien dijo que vivir se vive un país mas, habitar, se habita una lengua. Y quizá ese sea mi caso. Nombraré sin embargo otras razones que son igual de ciertas: no escribo en hebreo porque soy cobarde, impaciente e ingenua.

La cobardía se relaciona con el hecho de tener plena conciencia de la desnudez a la que me expongo cuando escribo sobre determinadas cuestiones, o en géneros que exigen de mí una mayor sinceridad y apertura con el posible lector. El hecho de escribir en un idioma "extranjero" al sitio donde vivo, me permite mayor soltura, me da tiempo a reponerme cuando los tabúes –contra los que lucho y a los que he vencido en varias ocasiones-, me invaden.

La impaciencia tiene que ver con la edad en la que (re)comencé a escribir: 37 años. Para entonces, ni mi español ni mi hebreo tenían el nivel adecuado. Pero sabía que me resultaría más fácil "correr" en español que en hebreo. Así que decidí, de manera estratégica, que utilizaría la lengua que más dominaba hasta el momento.

Y, la ingenuidad llega desde ese sitio en el que una sigue creyendo que puede aportar su grano de arena si se mantiene en comunicación con personas de otras partes, en su mismo idioma. Porque, en mi inocencia tal vez, sigo creyendo que muchos de los problemas que existen en este mundo se aliviarían, un tanto al menos, si nos conociéramos un poco mejor los unos a los otros. Claro que para eso hace falta contar del otro lado con cierta apertura mental, pero eso ya no depende de mí.

Que los hombres sean unidos y el lenguaje nos sirva como puente.

Maia L.B

Blog: http://maialoschblank.wordpress.com/
En Facebook: https://www.facebook.com/emmeleby 

*Maia es autora de la novela Allí donde el viento espera, a ser publicada por Sinerrata en el correr de los próximos meses.