jueves, 24 de noviembre de 2016

En defensa de la cultura como profesión

Tengo que admitir que, a menudo, los discursos en defensa de la cultura (como negocio), normalmente por miembros del propio sector, me dan cierta pereza. Probablemente esté influenciada por ciertos prejuicios, pero he escuchado ya demasiados que básicamente se fundamentan en la queja y el lloro por lo mal que están las cosas para sus respectivos negocios (editoriales, librerías, cines, teatros…) y piden ayuda institucional en forma de ventajas fiscales y, la palabra mágica en nuestro país, subvenciones. Ojo, que no estoy diciendo que esto no pueda tener su utilidad, pero dudo, y mucho, que sean parte relevante de la solución. Por ejemplo, si una editorial no es rentable, da igual cuántas subvenciones reciba que seguirá sin serlo, aunque sin duda se prolongará su vida artificialmente mientras estas continúen. (En el caso contrario, me consta que hay determinadas obras de gran valor que nunca verían la luz si no fuera por contar con alguna ayuda, a la edición o a la traducción, porque su potencial comercial no lo permitiría.) En el caso concreto del libro electrónico, ya me habréis oído (o leído) pedir su equiparación con el impreso a nivel de IVA, pero en mi caso porque me parece no solo una injusticia que sea tratado de forma diferente tributariamente sino porque además creo que esa diferenciación contribuye a la impresión de que el ebook es un libro de segunda (si acaso es un libro); sin embargo nunca se me ocurrirá decir que por culpa de ese 21% la edición digital no arranca o mi editorial no sobrevive.

Es por eso que cuando leí esta entrada en el blog Viajero a Ítaca, me sentí totalmente identificada con el mensaje: defender la cultura como profesión digna y económicamente rentable. Creo que el caso de los creadores (escritores, artistas, intérpretes) es el peor, pero es común que los profesionales de la cultura en general, sea en el ámbito que sea, se consideren seres peculiares que trabajan por amor al arte y tiene derecho a cobrar algo por su trabajo pero no tanto a vivir de ello (exceptuando los grandes genios en cada disciplina, claro). Y es una vida dura, porque por muy vocacional que sea, es agotador luchar por el siguiente contrato, vender el siguiente cuadro, dar a conocer la siguiente novela…

Yo, como el viajero, también sueño con ayuda institucional, pero esa que promueve la lectura, las visitas a museos, al cine, al teatro… y dignifica a todos los que se dedican o quieren dedicarse a que todos seamos un poco más ricos, un poco más cultos

viernes, 18 de noviembre de 2016

Libros y televisión: el problema no es Milá

Yendo al grano: yo creo que el problema es la absoluta y total ausencia de los libros en la televisión, de programas sobre libros, sean buenos o malos. Tengo que reconocer, lo primero, que no he visto el primer programa, ni pienso ver los siguientes de ConvénZeme, la propuesta televisiva sobre libros que presenta la periodista Mercedes Milá, en un canal que a día hoy no sé siquiera si tengo sintonizado.


Es curioso, a mí no me molesta en absoluto la existencia de los realities, pero parece ser lo único que emiten los últimos canales que han venido a poblar la TDT. Hay muchos canales, pero no hay posibilidad de elegir, todo es parecido. Y no, no hay programas sobre libros. Probablemente si tuvieramos una oferta decente al respecto no nos preocuparía si uno de estos programas lo presenta Milá, o Sánchez Dragó; eligiríamos el que más nos gusta. 

A día de hoy, que yo sepa, tenemos Página 2, con un formato que a mí me gusta bastante. Y tenemos ConvénZeme, que al parecer no convence. Y es que en las redes sociales todos se han lanzado a criticar el nacimiento de este programa, (en las redes sociales y columnistas como Alberto Olmos), cuando la crítica debería ser el poco caso que desde la televisión se le hace a los libros, salvo que narren las vivencias del algún famoso de turno. Debería ser que, casi, casi, sea la única opción.

Se me ocurre que en algunos de los, creo que son tres, canales infantiles en abierto, se podría ubicar un programa con recomendaciones de literatura infantil o juvenil. Y sobre el resto de canales casi que no sugiero nada, no sea que nos sorprendan con la creación del "Chiriguito de lectores" ;-)

P.D.: si alguien se anima a ver el primer programa de ConvénZeme, aquí lo tiene completo

P.D. 2: Bueno, he mentido en el primer párrafo. Acabo de ver el programa, tal vez espoleado por la corta duración del mismo. A mí el formato de las recomendaciones me parece atractivo, me gusta que también descarte pero claro, para mí son muchas más valiosas las opiniones de cualquier contacto en redes, o de cualquier amigo, que las de las personas seleccionadas por Milá; coyunturalmente ninguno de ellos me ha parecido interesantes, y menos sus recomendaciones ni las de la presentadora, y al final voy a acabar dando la razón a Olmos. Aún así, bienvenido el programa, ocupa un hueco, está dirigido a un tipo de lector. Ahora nos faltan el resto de las opciones.

viernes, 11 de noviembre de 2016

Qué sería de nosotros sin librerías

Como seguramente ya sabréis, hoy 11 de noviembre se celebra el Día de las Librerías y desde sinerrata queremos honrar a esos espacios y a las personas que los habitan y gestionan, los libreros, por la labor que hacen todos los días del año.

En mi caso, tengo que agradecerles que me desvelaran, junto a la nutrida biblioteca de mis padres, todo un mundo cargado de historias, viajes, personajes y nuevos mundos en forma de libros. Además, hay una serie de beneficios que, incluso en este mundo interconectado, solo puedo encontrar en ellas:

  • Mi librero me conoce. A mí, mis gustos y mi biblioteca; no soy capaz de recordar una sola vez en la que me recomendara un libro que no me gustara.
  • La librería es también un punto de encuentro. Mi librería de cabecera, como la gran mayoría, organiza presentaciones y otras actividades donde encontrarse con otros lectores y escritores.
  • Son la puerta a nuevos descubrimientos. Son incontables las veces que he salido de la librería con un libro que no conocía hasta encontrármelo en sus estanterías o mesas, y que seguramente no habría descubierto de no ser allí.
  • Promueven nuevos retos. ¿No os habéis encontrado leyendo algo que no es precisamente vuestro género o temática favoritos solo porque vuestro librero os lo ha recomendado u os ha llamado la atención en la librería? Yo sí, a menudo.
Cualquier momento es bueno para visitar una librería, de hecho, cuanto más lo hagamos mucho mejor, pero hoy sin duda hay que hacerlo sin falta, no solo para celebrar su día, sino también para disfrutar de las fantásticas actividades que han preparado en la mayoría de ellas.

¡Feliz #díadelaslibrerías 2016!

Ah, y ya sabéis que algunos de nuestros libros en formato digital también se pueden encontrar en estas librerías gracias a las tarjetas de descarga de SeeBook.