jueves, 26 de junio de 2014

Sobre la creación literaria VIII

Lo que he de tratar en esta nueva entrada surge como resultado de un pensamiento que estuvo rumiando en mi mente por varios días. Como de costumbre, el deseo de abordar estas entradas desde un punto de vista lo más general posible, libre de mis prejuicios y opiniones, cae en saco roto: yo no soy más que mi experiencia personal, mi percepción de las cosas, asistida por la interacción con los otros pero siempre desde mí.

Por circunstancias que no vienen al caso, he tenido oportunidad de acercarme en el último tiempo a personas con trastornos del espectro autista. Temo estar diciendo una tontería (mis conocimientos médicos del asunto son nulos) pero, estando con ellos, se me pasó por la cabeza que compartimos ciertas características de comportamiento: la obsesión por la perfección absoluta en los detalles, la capacidad de volverse isla aun rodeados de cientos de personas, el sobresalto ante movimientos repentinos y la falta de herramientas para explicar por qué nos molesta tanto que nos interrumpan cuando estamos concentrados en algo. Quizá la diferencia está en la medida de autocontrol que cada uno tiene, nada más. He pensado que lo único que diferencia a los individuos con ASD y un escritor comprometido con su obra es, hasta cierto punto, la capacidad de decidir cuándo y cómo aislarse (recién ahora, al escribirlo, me doy cuenta que el verbo aislar contiene la isla en sí).

El autismo como clasificación es víctima de la incongruencia que sufre casi todo intento de definición: la realidad vence la rigidez de las mismas y cada "caso" acaban cayendo en la frontera brumosa de aquéllas. Es lógico que así sea. Sin embargo, a grandes rasgos, dicho síndrome afecta la capacidad para comunicarse y relacionarse con los demás. La persona con autismo tiene un mundo interior que le cuesta comunicar (a veces le resulta incluso imposible), tiende a comportamientos repetitivos, a la sistematización de conductas y al cumplimiento de rutinas específicas. Los síntomas pueden oscilar entre leves y muy severos. Así que, teniendo en cuenta todo esto, no pude evitar preguntarme en varias oportunidades si no tendría yo cierta clase de autismo y simplemente no lo sabía. O quizá alguien lo supiera y jamás me lo había dicho.

Busqué señales que certificaran mi sospecha pensando en ciertos ritos personales. Encontré algunas: me siento enloquecer si durante el día no dispongo de un tiempo para mí, a solas, sin que nadie me moleste ni me hable y a veces cuando me hablan no consigo escuchar lo que me dicen porque estoy en otro sitio, escribo siempre en la misma postura y en el mismo rincón (a pesar de que podría ir eligiendo sitios más adecuados según la dinámica familiar), soy reacia a las sorpresas y me cuesta horrores escribir en el desorden. Mi mente simplemente no funciona bien en determinados ambientes. Si estoy escribiendo y me hablan suelo no escuchar o no contestar y la sensación que percibe mi cuerpo es de agresión o violencia. No lo puedo evitar. Pero me controlo, obviamente. Si no escribo durante varios días mi estado anímico se descompone y me siento nerviosa.

Llegado a este punto, ustedes se deben de estar preguntando, con razón, por qué les estoy contando todo esto y qué tiene que ver con la creación literaria. Pues lo traigo porque creo que existe algo común en todos los que elegimos determinados oficios o profesiones, sobre todo en aquellos que exigen de una gran capacidad de abstracción. Imagino que habrá estudios al respecto, lo cierto es que hasta allí no he investigado. Poco profesional lo mío...

Lo que quiero decir es que, al evaluar tus capacidades técnicas como escitor, debes también tener en cuenta que el oficio exige de un carácter determinado y de la capacidad de transformar nuestras debilidades en herramientas útiles.
Si eres una persona que no se siente cómoda en soledad, si te sientes tentado a dejar la escritura para pasarlo fenomenal con tus amigos cuando te llaman por teléfono y te anuncian que se van a una fiesta, si siquiera lo dudas, si nunca te ha ocurrido que pierdes la noción del tiempo cuando escribes o se te ha pasado de largo la hora de la comida por encontrarte inmerso en el desarrollo de la historia, si jamás has sentido que en lugar de estar haciendo tal cosa podrías estar escribiendo, si nunca te sentiste culpable porque mientras tus hijos se aburrían (en caso de que los tengas) tú no conseguías dejar de teclear, tienes suerte y puedes sentirte aliviado: eres una persona absolutamente normal y, probablemente, hasta consigas ser feliz. Pero, en mi humilde opinión, lo más probable es que no seas escritor.

jueves, 19 de junio de 2014

Un cuento inédito sobre el cabo Holmes gratis con pago social

La profesionalidad de un joven guardia llamado José Souto, su perspicacia, minuciosidad y, también, su afición a las novelas policíacas pronto le granjearán éxitos en sus investigaciones y el sobrenombre por el que es conocido por compañeros y superiores, cabo Holmes.
Ya falta poco, muy poco, apenas unos días para que el segundo libro que Carlos Laredo publica con sinerrata vea la luz. Protagonizado, como el anterior por el cabo Holmes, esta segunda aventura del guardia civil gallego ya tiene título, La decepción del cabo Holmes, y la novela está ya en el horno a la espera de que podamos pulir algunos flecos. Estamos completamente seguros de que no va a decepcionar a ninguno de los lectores que ya disfrutaron del anterior libro de la saga, ni a quienes deseen acercarse ahora por vez primera a este personaje.

Para paliar la espera tenemos una sorpresa: un cuento sobre los primeros pasos de Holmes, que hemos decidido regalar a todos los aficionados a la novela negra, y a la buena literatura en general, que nos seguís. Tenéis que agradecer este obsequio especialmente a nuestro autor, Carlos, que inmediatamente se puso manos a la obra cuando le sugerimos la idea de complementar lo que podríamos llamar "el universo Holmes" con alguna historia corta.

Para haceros llegar el ebook, en formato PDF, hemos decidido probar una funcionalidad que nos ofrece una de nuestras tiendas online favoritas, Lektu: la modalidad de pago social. ¿En que consiste? Muy sencillo: el libro es gratuito pero para descargarlo hay que lanzar un tuit en Twitter o una publicación en Facebook. El proceso es muy sencillo y en un par de clics de ratón está todo hecho.

Descarga gratis El primer caso del cabo Holmes

Próximamente: La decepción del cabo Holmes

Y recordad que sigue disponible la primera novela: El rompecabezas del cabo Holmes

Actualización 3 de septiembre de 2014: El libro ya está disponible también en formatos ePub y mobi, para vuestra mayor comodidad.

jueves, 12 de junio de 2014

Cómo escribir (y otros no-consejos)

“Para romper las reglas, primero hay que dominarlas”.

Y dominar las reglas no es algo que se aprenda intuitiva o espontáneamente. Vamos, al menos yo no conozco ningún caso.

En una entrevista reciente me pidieron “un consejo para aquellos que luchan día a día para hacerse un hueco en la literatura”. Cada autor tendrá, desde luego, su propio criterio. Mi respuesta fue la siguiente:

“Conoce a fondo tus herramientas (gramática, sintaxis, ortografía, vocabulario). Lee mucho y luego olvídalo todo hasta lograr encontrar tu propia voz. Desarrolla una gran tolerancia a la frustración. Recuerda que la vida rara vez sigue una línea recta y que lo principal es continuar con ánimo y determinación en la persecución de nuestros sueños”.

Hace algunos años leí un artículo donde se hablaba sobre “el mito del genio”. Uno de los ejemplos que daban era Mozart, al que siempre se ha considerado un niño prodigio y un compositor “favorecido por los dioses”, casi como si él no hubiera tenido que poner nada de su parte. Lo cierto es que su padre, Leopold Mozart, un muy ambicioso profesor de música, proyectó en sus hijos sus sueños no resueltos. Se concentró primero en su hija mayor, Nannerl, que se convertiría en una excelente música, y unos años más tarde en el pequeño Wolfgang, a quien por ser varón se le abrían vías que le estaban negadas a su hermana. Dudo que ninguno de los dos tuviera mucha elección. En el artículo señalaban que, más que de genio infantil, en realidad estábamos hablando de muchísima disciplina y horas de práctica.
Es de esperar que Mozart y Nannerl tuvieran una inclinación natural hacia la música, pero es evidente que no hubieran alcanzado la excelencia sin incontables horas de estudio. Personalmente y salvando las distancias, siempre preferí las humanidades, mientras que aprobar las matemáticas en el bachillerato supuso poco menos que una proeza. La afición e inclinación natural nunca quiso decir que no tuviera que tirarme mis horas estudiando para el examen de historia. Y la hora de escribir, me ocurre lo mismo: en cada novela invierto una media de dos años de trabajo.

jueves, 5 de junio de 2014

Proyectos nuevos v.s. lo mismo de siempre


La entrada de hoy iba a versar sobre la Feria del Libro de Madrid, que se está celebrando ahora mismo y hasta el 15 de junio y en la que, un año más, siguen sin tener cabida los libros electrónicos. Ya en su edición anterior escribimos en este blog sobre lo absurdo que nos parecía excluir de forma explícita y rotunda a un simple formato, cuando de lo que se trata es de festejar la lectura y reunir a los lectores con los libros y los autores. Aún no he conseguido entender por qué un ebook no puede formar parte de eso, menos aún cuando desde hace ya algún tiempo, y cada vez con más protagonismo, forma parte indiscutible del universo lector.

Reflexionando sobre lo difícil que parece resultarles a algunas organizaciones innovar e introducir cambios, a pesar de que sería algo de lo más natural cuando se supone que su prioridad es la difusión de la cultura en general y la lectura en particular, me vino a la cabeza un proyecto que conozco y sigo desde hace algún tiempo y que es todo lo contrario a ese más de lo mismo. Estoy hablando de Casa Tía Julia, un refugio literario y de ideas, soñado, imaginado y en proceso de ser llevado a la práctica por Nuria Rita Sebastián, también conocida como Editora con carrito y directora de Revista Iguazú. Nuria lleva años trabajando por la cultura y la literatura y ahora da un paso más haciendo posible un espacio para fomentar la creatividad, la colaboración y el intercambio de ideas, con el enorme añadido social de la reactivación de las áreas rurales.

Quería hablar sobre las ferias del libro, sobre lo importante que es ese encuentro entre lectores y escritores y llevar los libros, en cualquier formato, a la calle, pero no lo es menos apoyar iniciativas como Casa Tía Julia, que con recursos limitados pero mucha más ilusión y vocación contribuyen a que el mundo de la cultura siga evolucionando.