La semana pasada comentaba de pasada aquí mismo la última edición de Liber y, a través de lo que ya se había escrito sobre ella, la decepción generalizada con la feria y su trayectoria en los últimos años.
En mi caso, uno de los motivos de esta decepción es el escaso, o nulo, avance en el ámbito digital. Las grandes y medianas editoriales se han puesto la careta de “nosotros también somos digitales” pero no hacen el menor esfuerzo, no ya por innovar sino simplemente por realmente creer en el formato y apostar por él. Por ejemplo, hace un par de días me desayunaba con la noticia de que Planeta se está planteando vender conjuntamente las versiones digitales y en papel de sus libros, lo que, en mi opinión, no se sostiene por ninguna parte. No solo transmite el mensaje de que el libro electrónico no tiene valor por sí mismo sino que resulta innecesario para una buena cantidad de lectores que ya leen en un formato o el otro. El mensaje que yo capto es que Planeta no tiene ningún interés en su negocio digital, como, por otro lado, ya ha demostrado en otras ocasiones, pero el resto de grandes editoriales y grupos tampoco van muy por delante.
Me tenéis que perdonar porque una vez más no tengo respuesta, pero me pregunto cuál es el siguiente paso que tenemos que dar para normalizar el formato digital en nuestro país. A estas alturas casi todo el mundo ha oído hablar de los ebooks y muchos lectores han tenido alguna experiencia digital, sin embargo los que nos dedicamos a esto seguimos hablando de los mismos temas y teniendo las mismas discusiones, dando la impresión de que apenas nos hemos movido en los últimos tres o cuatro años.
Encuentros, charlas, congresos, son todos muy bienvenidos y necesarios, como también nuevas iniciativas e ideas, es imprescindible que busquemos y consigamos dar ese paso hacia delante que nos saque de este eterno nuevo-pero-no-todavía paradigma, como se comentaba en los momentos finales de la charla #ebookspain de hoy mismo en Twitter.
Amalia, yo creo que ambos formatos se irán acomodando a las nuevas formas de lectura en el correr de los próximos años. Estas cosas no se pueden forzar. Es un "problema" generacional. A mí me sorprendió la semana pasada cuando venía de regreso de Panamá ver a más personas con ebook readers que con libros impresos en papel. Creo que es una cuestión de gustos y los gustos son cuestiones culturales y la cultura se está volviendo digital. Pero así como el cine no despareció, así como los discos de platino regresan, como las máquinas de fotos analógicas ya casi no existen, será el consumidor quien marcará la pauta y el consumidor tiende a querer conservar lo que conoce, le teme al cambio, a menos que los cambios sean "suaves". El cambio más difícil en el tema de la lectura del libro en forma digital se debe, creo, a que la experiencia de lectura es diferente (algo similar a lo que ocurrió con el cine y no ocurrió en cambio en la forma de escuchar música o el sacar una foto), así que habrá que esperar y ver qué ocurre. Otro problema en el tema de los libros es la cantidad de gente que se quedaría sin empleo (en esto creo que es similar a lo que ocurrió con la fotografía) así que, mejor, que este cambio se produzca lentamente. Al menos para que no hayan más desempleados en España...
ResponderEliminarUn abrazo.
Maia, tienes mucha razón en lo que dices, los cambios, diría que todos, son mejores cuando se hacen paso a paso, con tiempo para adaptarnos a ellos. En lo que respecta al libro electrónico yo nunca lo he visto como un enfrentamiento con el libro de papel, ni mucho menos, al que además le auguro larga vida. Para mí es un formato más, que por sus múltiples ventajas se va haciendo un hueco en el mercado y el universo lector. Lo que me apena es que la propia industria mine su evolución de formas que a la larga, en mi opinión, le serán perjudiciales.
EliminarMil gracias por el comentario, besos.
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