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jueves, 9 de noviembre de 2017

¿Es la autopublicación una amenaza para las editoriales?

Créditos de la imagen: Alejandro Escamilla vía Unsplash
Una de las consecuencias de la llegada de la edición digital, y de la evolución de la tecnología y las redes, es que hoy en día autopublicar es más fácil, económico y tiene más posibilidades de éxito que nunca. Se puede encontrar ahí fuera un sinfín de herramientas, en muchos casos totalmente gratuitas, para editar, maquetar, componer, convertir, diseñar y publicar, de forma que cualquier autor con un poco de interés puede tener su libro (o libros) a la venta en las principales librerías en línea, no solo a nivel local sino también internacionalmente. Y lo mismo ocurre en el aspecto de la promoción: las redes sociales y el marketing digital han simplificado (y amplificado) las posibilidades de los escritores para encontrar su público. Ojo, que no estoy diciendo que no requiera ningún esfuerzo, de hecho es mucho trabajo, sino que prácticamente está al alcance de cualquiera.

Cuando el fenómeno de la autopublicación empezó a ser relevante, hace ya algunos años, surgieron las primeras voces de alarma. Se decía, por un lado, que la calidad de la edición y del contenido era sensiblemente inferior a la de los libros que llegaban al mercado a través de las editoriales tradiciones, ya que no pasaban ningún filtro editorial ni se beneficiaban de un proceso de edición profesional. Y, por otro, que como consecuencia las editoriales dejarían de ser necesarias.

Pasados unos años, la autopublicación sigue creciendo, como no podía ser de otra forma, la calidad ha mejorado significativamente (gracias entre otras cosas a que muchos escritores se toman la edición más en serio y contratan servicios externos) y las editoriales siguen existiendo. De hecho, una vez comprobado que puede ser un buen negocio, las empresas de servicios editoriales y coedición han proliferado, algunas camufladas de editoriales tradicionales, y hasta los grandes grupos se han apuntado al carro.

En mi caso, siempre he pensado que autopublicar era tan digno como hacerlo dentro del catálogo de una editorial, y una estupenda opción para aquellos autores que quieren controlar todo el proceso en la vida de su obra, desde el diseño de la cubierta hasta los puntos de venta y la relación con los lectores, pasando por el cobro de regalías. También tengo claro que no solo seguirá formando parte del mercado editorial sino que cada vez copará más parte del mismo.

Contestando a la pregunta que titula esta entrada, en mi opinión la amenaza viene como consecuencia de un mercado más competido, en oferta y en precio. Los lectores de hoy en día tienen a su alcance millones de títulos y llegan a ellos por medios diferentes a los de hace unos años, como los blogs y las redes sociales, medios que todos compartimos.

En cualquier caso, no lo veo como una amenaza, sino como un elemento más en nuestro variado y cambiante horizonte editorial.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Siete razones por las que es importante la bibliodiversidad

Ayer, día 21 de septiembre, se celebraba el Día Internacional de la Bibliodiversidad, el Día B, en el que se ensalzan los valores que sin duda nos aporta el tener a nuestra disposición libros de toda una variedad temática, ideológica, editorial y de formato. Sobre este tema ya hemos escrito aquí mismo en alguna ocasión, y es que tenemos muy clara su importancia, pero para hacer mi particular homenaje al Día B me he propuesto sintetizar los siete principales motivos por los que creo que es fundamental para los lectores:
  1. Nos enriquece (en conocimiento), al permitirnos leer sobre cualquier materia y género que nos interese.
  2. Nos hace más abiertos, al ofrecernos diferentes perspectivas sobre la misma o diferentes temáticas.
  3. Nos hace más libres, al darnos la oportunidad de leer en el formato que más nos convenga en el momento que elijamos.
  4. Nos hace más curiosos, sobre otras culturas y otras realidades.
  5. Nos permite conocer nuevos autores más allá de los más vendidos o asentados.
  6. Nos ofrece la posibilidad de tener una biblioteca única y personal.
  7. Nos da independencia sobre las tendencias y modas editoriales.
Todas y cada una de estas razones consiguen que seamos los lectores que queramos ser, con nuestros gustos y preferencias, y nos perminten seguir creciendo y aprendiendo como tales.

Por cierto, un motivo más este año es que hasta el día 25 y gracias a la campaña #únetealretoB del Observatorio del Libro y Lectura puedes conseguir un lote de libros, por supuesto, bibliodiversos.

jueves, 4 de junio de 2015

Sobreabundancia frente a bibliodiversidad


El hecho de que en España se publica demasiado es algo que ya hace tiempo que escuchamos, y con lo que creo que todos estaremos de acuerdo. Tradicionalmente, las grandes editoriales adoptaron la estrategia de inundar las librerías con su novedades y así copar cualquier rincón visible de las mesas y los escaparates, desterrando los títulos de la competencia. La víctima directa de esta táctica es la bibliodiversidad y las perdedoras las pequeñas editoriales, que no pueden (ni quieren, añadiría yo) competir al peso y cuyos pocos títulos nuevos difícilmente obtienen alguna visibilidad.

Es cierto que con estos años de crisis y de caída sostenida en las ventas de libros, el cinturón de los recortes también ha llegado a las editoriales y, empezando por las grandes, se ha empezado a reducir el número de novedades que se publican. Sin embargo, con la llegada de la edición digital, los escaparates digitales están ahora más llenos que nunca gracias a una nueva hornada de pequeñas editoriales y autores autopublicados, lo que ha generado también un nuevo set de retos resumidos en un también nuevo término: la encontrabilidad.

Pero mi intención con esta entrada no es reflexionar sobre este término, del que ya hemos hablado aquí mismo en otras ocasiones, sino de cómo el libro digital ha hecho maravillas por la bibliodiversidad, facilitando el acceso a autores y editores a la publicación, aunque a la vez la afecta por la sobreabundancia de nuevos títulos que llegan a las librerías online y que amenazan con no dejarnos ver el bosque.

Todo esto surge gracias a un artículo sobre una de las ponencias en la conferencia de este año del IDPF Digital Book, sobre la curación de contenidos [en inglés]. Según el artículo, esta curación, o selección, es verdaderamente importante para las editoriales, porque permite que nuestros libros sean visibles en un grupo más limitado de títulos, pero también para los lectores, que de otra manera se ven abrumados por una oferta cada vez más ingente. Y hasta aquí coincido plenamente, pero me preocupa especialmente quién y cómo se encarga de esta selección, para que se pueda proteger la bibliodiversidad. Y es que si nos regimos por los criterios de siempre, el poder de las grandes maquinarias de producción y promoción, corremos el riesgo de encontrarnos de nuevo en el primer párrafo.

Afortunadamente, esta revolución digital ha traído también mucho más protagonismo para los propios lectores, que hacen y comparten su propia selección a través de blogs y redes sociales. Y ellos sí que son bibliodiversos.