Pasa el tiempo y empiezo a tener la sensación que desde Sinerrata os hemos lanzado este mensaje en infinidad de ocasiones. Pero también creo que no vamos a dejar de hacerlo: lo que importa es la literatura, y si hay algo que ofrezca la tecnología para llevar buenos libros a cuanta más gente mejor, lo inteligente es usarlo. Si algo va en detrimento de esta tarea, lo mejor es prescindir de ello, pero pienso que la forma interesante de ver las cosas es sentarse a pensar qué cosas positivas podemos hacer gracias a la tecnología.
Llegaba ayer a un artículo interesante en Lecturalia, sobre un tema de bastante actualidad: los datos que la industria editorial puede recoger de los lectores de e-readers conectados a Internet. Al final la conclusión del articulista, Alfredo Álamo, es más bien pesimista. Sobre este tema en concreto considero que no le falta razón, aunque tampoco tiene por qué ser así. Lo sé, soy un poco críptico, pero leed el artículo y formaros vuestra propia opinión. Aunque al que le preocupe este tema simplemente le sugeriría que compre e-books en tiendas que no le “obliguen a leer en la nube”.
De todas formas la reflexión que quiero hacer hoy es que al leer el título del post de Alfredo me esperaba otra cosa. Cómo la tecnología puede cambiar el futuro de la literatura es una frase que promete algo, que a mí personalmente me motiva a pensar en multitud de cosas positivas: desde el trabajo que se está haciendo para que la lectura sea accesible a personas con problemas de visión, hasta lo interesante que es una pequeña editorial de cualquier país del mundo pueda distribuir con facilidad una obra por todo el globo.
De todas formas la reflexión que quiero hacer hoy es que al leer el título del post de Alfredo me esperaba otra cosa. Cómo la tecnología puede cambiar el futuro de la literatura es una frase que promete algo, que a mí personalmente me motiva a pensar en multitud de cosas positivas: desde el trabajo que se está haciendo para que la lectura sea accesible a personas con problemas de visión, hasta lo interesante que es una pequeña editorial de cualquier país del mundo pueda distribuir con facilidad una obra por todo el globo.
Vivimos tiempos de cambio; que coincida una profunda crisis económica con la fricción entre la apuesta por la literatura digital de unos y la renuencia de otros, hace que tengamos delante una ecuación con demasiadas incógnitas. Nos gustaría, desde sinerrata, lanzaros una pregunta: ¿cuál crees que puede ser el aporte de la tecnología a la literatura? Responded como os guste, pero yo os animaría a ser positivos, a ver más oportunidades y menos crisis, a pensar que la literatura siempre va a estar ahí, a pesar de competir con más formas de ocio que nunca, a confiar es que tendremos más variedad de libros, y todos ellos a nuestro alcance.
Lo cierto es que la literatura es el primer aporte de la tecnología a la literatura. Cualquier medio de expresión requiere de tecnología, sin la cuál no hubiese podido existir la transmisión de conocimientos en masa y saltando generaciones.
ResponderEliminarEn mi opinión, el mayor aporte de la tecnología (reciente) a la literatura (y a la cultura y la investigación en general) es la capacidad de acceder digitalmente a obras escritas y publicadas en (casi) cualquier parte del mundo y a los fondos de riquísimas bibliotecas repartidas por todo el globo.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que me gustaría ver en el futuro tecnológico en relación a la literatura (o, más bien, la lectura) es un lector electrónico universal todavía más portable y resistente, con pantalla enrollable, por ejemplo.