¿La lectura en formato digital es menos lectura? ¿Acabarán los ebooks con los libros de papel? ¿Será eso una catástrofe para la lectura y la cultura? Seguro que estáis tan aburridos como yo de esta discusión, bastante estéril, en mi opinión, y la mayoría de las veces cargada con otros intereses, pero que sigue apareciendo periódicamente.
Estos días atrás se ha celebrado en Panamá el VI Congreso Internacional de la Lengua Española, en el que se han discutido temas realmente interesantes, como la presencia del español en Estados Unidos y su cada vez más importante papel en la cultura, o los desafíos del libro digital, que no son pocos. Pero todavía me asombra y me resulta difícil comprender algunos discursos que también se han escuchado allí, como el de Vargas Llosa, al que le conocía su aversión al formato, que sigue insistiendo en que leer ebooks es lectura de segunda clase.
Es posible que esté equivocada y desde luego no tiene ningún valor científico, pero ni mis hábitos de lectura, ni mis géneros y autores favoritos, ni mi capacidad de comprensión y retención de lo que leo cambian dependiendo del soporte que utilizo, papel o pantalla. Puedo hablar de mayor o menor comodidad: prefiero la tinta electrónica a las tabletas y no leo jamás en el ordenador; alguna vez leo en el móvil, aunque no es mi soporte favorito, e intento evitar los libros impresos de tapa dura y gran formato (sí, también sigo leyendo en papel, aunque en bastante menor proporción que en digital). Pero en ningún caso discrimino por calidad literaria, como Vargas Llosa implica (¿quién define la calidad literaria, por cierto?). La lectura es lectura es lectura.
Como cierre final no quiero dejar de nombrar a William Ospina, autor colombiano que me entusiasma, quien también ha participado en el congreso con unas declaraciones de lo más razonables en cuanto al libro electrónico y la piratería.
Estos días atrás se ha celebrado en Panamá el VI Congreso Internacional de la Lengua Española, en el que se han discutido temas realmente interesantes, como la presencia del español en Estados Unidos y su cada vez más importante papel en la cultura, o los desafíos del libro digital, que no son pocos. Pero todavía me asombra y me resulta difícil comprender algunos discursos que también se han escuchado allí, como el de Vargas Llosa, al que le conocía su aversión al formato, que sigue insistiendo en que leer ebooks es lectura de segunda clase.
Es posible que esté equivocada y desde luego no tiene ningún valor científico, pero ni mis hábitos de lectura, ni mis géneros y autores favoritos, ni mi capacidad de comprensión y retención de lo que leo cambian dependiendo del soporte que utilizo, papel o pantalla. Puedo hablar de mayor o menor comodidad: prefiero la tinta electrónica a las tabletas y no leo jamás en el ordenador; alguna vez leo en el móvil, aunque no es mi soporte favorito, e intento evitar los libros impresos de tapa dura y gran formato (sí, también sigo leyendo en papel, aunque en bastante menor proporción que en digital). Pero en ningún caso discrimino por calidad literaria, como Vargas Llosa implica (¿quién define la calidad literaria, por cierto?). La lectura es lectura es lectura.
Como cierre final no quiero dejar de nombrar a William Ospina, autor colombiano que me entusiasma, quien también ha participado en el congreso con unas declaraciones de lo más razonables en cuanto al libro electrónico y la piratería.
Es la misma tonta "discusión" de siempre... Creo que se sigue hablando de ello porque no se tiene nada más importante que decir o, porque como bien dice, hay otros intereses, pero que no nos quieran vender cuentos.
ResponderEliminarCuando uno compra un libro -impreso o digital- compra tiempo de lectura, y el contenido no tiene nada que ver con el formato. ¿Acaso ver una película en el ordenador o en la TV modifica lo que se dice y pasa en ella si viéramos esta misma película en el cine? ¡Claro que no! La comodidad y el gusto es otra cosa (y para gustos, los colores)
Muy buena la comparación con las películas, Mariana, y ¡muchas gracias por pasarte y comentar!
EliminarMe sigue gustando ver los libros en las estanterías pero más me gusta ver los árboles en pie.
ResponderEliminarBesos
¡Gracias por pasarte y comentar, Maia! A mí también me gusta ver libros en los estantes, pero sobre todo me gusta leer, independientemente del formato.
Eliminaryo con la música (ya que estamos) estoy cogiendo la costumbre de "bajármela", de prescindir del disco físico: ya hay discográficas que venden su música casi exclusivamente a través de la red... supongo que este proceso de "desmaterialización" de las cosas ya es irreversible; y supongo que hay que empezar a pensar en las ventajas que proporciona y abandonar las disquisiciones inútiles
ResponderEliminarun saludo
La clave, creo, está en tu última frase: no tiene sentido seguir manteniendo discusiones inútiles. El cambio está ocurriendo, luego sus ventajas tendrá, trabajemos por adaptarnos. Resistir no nos llevará a ninguna parte.
ResponderEliminar¡Gracias por pasarte por el blog y comentar!