jueves, 11 de febrero de 2016

El precio de los libros o la mercantilización de la lectura

Ayer me encontraba con este breve en la web sobre libros y lectores electrónicos Todo eReaders, en el que se comenta y opina sobre unas declaraciones de Jeff Bezos, el mandamás de Amazon, acerca del precio de los libros. Dice Bezos que los libros en general y los ebooks en particular son caros y que si los editores quieren competir con otras formas de entretenimiento, como los juegos o las redes sociales o la televisión, tienen que poner precios más bajos. (He estado buscando la entrevista original a Bezos para poder valorar mejor sus afirmaciones y os dejo aquí este artículo en la web Venture Beat donde se mencionan, por si os interesa [en inglés]).

Es, en mi opinión, innegable que hay algo de cierto en esa aseveración. Hoy en día, la lectura compite con variadas formas de entretenimiento y los editores, entre otros actores, debemos pelear con todas nuestras armas para que siga siendo una de ellas. Y el precio es una herramienta nada desdeñable para conseguirlo. Pero, ¿es la única? O, yendo un poco más allá en mi reflexión, ¿es realmente el precio de los libros lo que relega la lectura a un segundo plano por detrás del Candy Crash, Facebook o Netflix, como se afirma en la entrada de Todo eReaders? Sinceramente, yo opino que no.

Para empezar, siempre ha habido y sigue habiendo opciones gratuitas para leer; estoy hablando de las bibliotecas, por supuesto, que ya ofrecen libros electrónicos. En el caso particular de los ebooks, también se pueden conseguir gratis o muy baratos, gracias, por ejemplo, a las ofertas de algunos puntos de venta. Además, tenemos a nuestra disposición varios servicios de lectura digital por suscripción, al estilo Netflix y a precios similares, como Nubico, 24symbols, skoobe, readify o scribd. Y no me vale el argumento de que para leer en digital hace falta comprarse un dispositivo que también es caro, porque se puede usar para ello el mismo aparato en el que se está jugando.

Lo que yo creo es que leer, por regla general, supone una actitud quizá más activa que estar sentado delante de una pantalla, es decir, que puede requerir de un mayor esfuerzo (escribo esta frase con muchísima precaución porque ni me refiero ni quiero entrar en el debate “intelectual”, menos aún cuando la participación en las redes sociales implica, entre otras cosas, leer), y que estamos fracasando garrafalmente en la promoción de la lectura, como sociedad. Hay muchas cosas que hacer a este respecto, entre otras trabajar para que el acceso a la lectura sea lo más fácil posible, lo que incluye por supuesto precios asequibles, pero no solo. Identificar el descenso en los índices de lectura con precios altos creo que nos impide ver el problema en toda su dimensión y además solo favorece a los agentes que pretenden simplemente mercantilizarla.

2 comentarios:

  1. También creo que la "mayor actividad" que requiere la lectura es el factor clave.

    Además de esto, los precios o la facilidad de acceso, añadiría otro elemento que influye: algunos no leen porque no han descubierto el género, tema o autor que les interesen como para pasar a la siguiente página.

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    1. Estoy de acuerdo contigo, techleo, por lo que creo que es importante insistir con la lectura, manteniendo una mente abierta y desde luego sin presentarla como una obligación.

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