Ayer nos encontramos con la noticia de que el Congreso, o, mejor dicho, la mayoría absoluta del Partido Popular, había echado para atrás la propuesta de Convergència i Unió para bajar el IVA de los libros electrónicos y otros productos culturales que se consumen bajo descarga, como la música y el cine, del actual 21% al superreducido 4% del que disfruta, por ejemplo, el libro de papel. El rechazo es debido, según se informa, a que el asunto es competencia europea y no española.
Aunque el argumento es totalmente cierto, y es la Unión Europea la que en alguna de sus normativas contempla las descargas* (no así los ebooks que se comercialicen en cualquier tipo de soporte tangible, como un cedé, tarjeta de memoria o lápiz óptico) como un servicio y por tanto no susceptible de beneficiarse de un tipo de IVA superreducido, me quito el sombrero ante otros países vecinos, es el caso de Francia, que se han atrevido a bajarlo aunque tengan que aguantar las broncas correspondientes por parte de Europa.
El camino deber ser, por supuesto, eliminar esa premisa absurda de contemplar la descarga como servicio, sin pararse a analizar qué es lo que se está descargando, pero en este caso el rechazo a la propuesta me parece una simple excusa del gobierno para seguir ignorando al sector cultural. Y no se trata de entrar en argumentos manidos como el de la federación de gremios con la piratería, sino de declarar la cultura en general y la lectura en particular como una prioridad estatal y apoyarla también fiscalmente.
* He encontrado este artículo, bastante antiguo, donde se explica el tema de las descargas y su consideración como servicios y no productos, gracias a los comentarios en el post sobre el IVA de los ebooks de Jaume Balmes.
* He encontrado este artículo, bastante antiguo, donde se explica el tema de las descargas y su consideración como servicios y no productos, gracias a los comentarios en el post sobre el IVA de los ebooks de Jaume Balmes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario